Veamos, que ya sabemos que lo de ser católico hoy en día en nuestro país es delito. Pero así de claro. Porque los que lo somos tenemos mucha menos consideración y respeto por parte de los mal llamados progresistas que los musulmanes, por ejemplo, cuya guerra santa algunos no condenan firmando un pacto antiyihadista. Lo importante es manipular, tergiversar y que sea noticia no el hecho de que una persona falte al respeto a una comunidad religiosa que es mayoritaria en nuestro país irrumpiendo en una iglesia con frases obscenas y mostrándose en sujetador, sino el hecho de que la fiscal haya utilizado términos poco adecuados para la sentencia.
Ésa es la noticia. No lo es el que la portavoz, ni más ni menos que del Ayuntamiento de Madrid, haya sido condenada por un juez y, por tanto, según sus propios códigos éticos de los que tanto alardean, debería dimitir, sino que en todas las tertulias se cuestionan los términos que emplea la fiscalía en sus conclusiones. Esto es como el mundo al revés. Si no fuera porque no me queda capacidad de asombro estaría ojiplática. O creen que somos tontos, o la manipulación llega a extremos insospechados. Así se desvía la atención de otros asuntos que no se sabe por qué, no se llevan a nivel nacional y nos empapamos de tertulias que nos llenan la cabeza de porquería de unos y de otros, de corrupciones y corruptelas que hacen que empieces a dudar de todo y de todos, sin excepciones; aunque me llame poderosamente la atención que nadie hable en ellas de que un exconsejero de un gobierno socialista esté en el banquillo y que la trama de corrupción puede alcanzar a nombres ilustres del socialismo asturiano. Y, sin embargo, sí podemos estar horas disertando sobre los términos en los que se expresa una fiscal. He llegado a la conclusión de que Asturias no existe ni siquiera para la corrupción. Vamos, que simplemente no contamos más que para que nos pongan lluvia en el mapa del tiempo.
A lo que iba. La señorita Rita Maestre, que mintió como el ministro Soria, diciendo que no había entrado, sí iba con un grupo de mujeres en sujetador con palabras como putas, bolleras, etc., que es ni más ni menos que lo que se recoge en el escrito de la fiscal: irrumpen en un templo católico, empujando al sacristán para protestar, tal y como recoge la sentencia: "La ridiculización del papel de la mujer en la Iglesia, las frases con rimas pretendidamente ingeniosas, el mostrar el torso desnudo o el sujetador en un espacio que para los católicos es sagrado, el alarde de su forma de vivir que implica expresiones que llevaban pintadas en su torso, tales como 'violenta, bollera, puta, libre, lesbiana' supera con mucho la libertad de expresión".
"Es obvio que las señoritas están en su derecho de alardear de ser putas, libres, bolleras o lo que quieran ser, pero esa conducta realizada en el altar, espacio sagrado para los católicos al encontrarse allí el Sagrario, lugar donde según sus creencias se encuentra su Dios, implica un ánimo evidente de ofender", recoge el escrito fiscal. O sea, que más claro, agua. Me gustaría saber si la señora Maestre entra en una mezquita y hace lo mismo, sabiendo como sabemos que se conculcan los derechos de las mujeres en la mayoría de los países musulmanes; pero claro, quizás el hecho de que su tele esté financiada por un régimen como Irak, hace que sea más comedida.
De verdad, no lo entiendo, como no entendí en su momento al periódico francés mofándose de la religión musulmana, budista o la que sea. Creo que es algo tan íntimo y tan personal, que no caben dudas respecto al respeto que la creencia de cada uno debe imponernos. Si no querían una capilla, me parece bien que se manifiesten en la puerta, pero insisto, también me gustaría que lo hicieran en otras puertas en las que el Imán puede estar lanzando proclamas para convertir a las mujeres en esclavas, cuando no en mártires de la causa de Al Andalus. Así que Rita, ya lo sabes, tienes mezquitas cerquita. Sólo se trata de tener un par ¿o no?
