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La esquina

Desconcierto meteorológico

A estas alturas de la primavera los ciudadanos de Gijón no tenemos claro si estamos viviendo un año caliente o frío, seco o húmedo. Los efectos del cambio climático nos llevan, sin duda, a un sinvivir meteorológico en el que prima por encima de todo el desconcierto. Pero los datos oficiales de los organismos encargados del ramo nos dicen que en la ciudad han caído 599 litros de lluvia desde el ya lejano 1 de enero. A un litro de los seiscientos, bien se puede decir que el año gijonés está siendo cualquier cosa menos seco. La lluvia anuncia una primavera feraz, que está llenando de verde los alrededores de la gran ciudad. Esa feracidad está pendiente en las necesidades de la urbe, necesitada de más trabajo, más vitalidad y más claridad en lo que se refiere a sus aspiraciones de un futuro mejor. Claro que los tiempos son los que son y que no hay mantos de agua que cambien la dirección de las grandes cuestiones públicas planteadas.

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