El pacto electoral entre Podemos e Izquierda Unida ha removido las aguas de la precampaña y los efectos de las olas pueden llegar a la periferia. Los responsables de IU en Asturias han pedido una reunión urgente con sus nuevos socios para resolver "la anomalía gijonesa"; es decir, que la ciudad esté gobernada por un partido de centroderecha, con una mayoría de izquierdas en la oposición o en el apoyo subterráneo al gobierno local, Gijón puede convertirse en una buena prueba del alcance del pacto alcanzado en Madrid, "el pacto de los botellines" para indignación de Garzón, aunque todo indica que una cosa va a ser la cita electoral de finales de junio y otra la posibles anomalías que se produzcan en algunas ciudades. A la vista de la realidad política gijonesa nadie va a dar un euro para apostar por un cambio en el gobierno local, entre otras cosas porque ese cambio significaría dar aire al PSOE, y el pacto de Madrid quiere ahogarlo.
