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Más dura será la caída

Cierto, la caída puede ser cada vez más dura pero si hay suerte puedes sobreponerte. Yo voy por la vida caminando despacito; vamos, como vulgarmente se dice, como si fuera pisando huevos. Y así voy evitando muchas caídas; pero el otro día todos mis cuidados no me sirvieron de nada. Salía yo del Ayuntamiento adonde había ido a hacer unas gestiones y justo delante hay una acera que se estrecha. No la vi, pisé en falso y me pegué un pepinazo de padre y muy señor mío. Creí que me había roto todos los huesos en aquel suelo de piedra dura. Inmediatamente dos señores amables y aguerridos vinieron a socorrerme, me cogieron cada uno por una mano y me levantaron como si fuera una pluma, yo horrorizada pensando que no iban a poder conmigo... Me llevaron al Hotel Asturias, en donde una señora muy amable me trajo hielo que me puse en la mejilla, pero se me olvidó ponerlo en el mentón y ahora lo tengo todo negro y parece que llevo perilla.

A continuación vino a buscarme un guardia de seguridad del Ayuntamiento y me llevó allí, tan encantador y amable como los demás. Me llamó a una ambulancia porque me dolía todo y sobre todo las costillas de la derecha. Bajó la Alcaldesa, a la que habían avisado que se había caído una señora, fue la primera que me miró y me dijo que creía que no tenía nada roto Encantadora, me tranquilizó mucho, pero insistió que debía de ir a Urgencias, enseguida aparecieron varios concejales, la asistente de Carmen Moriyón, varios guardias. Nunca tuve tanta atención, cada cual más amable que el anterior. Estuve pensando en volverme a caer para que me cuidaran (es broma). Llamé a una de mis hijas que llegó enseguida y me llevó a la Residencia. Me despedí en loor de multitudes.

Una vez en Urgencias me atendieron muy bien, tardaron bastante porque lo mío no era muy grave, pero la doctora que me atendió fue eficiente y encantadora. Y la auxiliar que me llevó a rayos, igual de eficiente y de amable. En Rayos bien pero ya salió la temida palabra. Estaban intentando hacerme una placa pero no podían porque el hombro daba sombra. Idiota de mí, digo qué raro porque tengo los hombros bajos y me dice es que lo tiene grueso, yo que creía que tenía un hombre tan curioso y no como esas modelos flacuchas que parece que pinchan. De todos modos tuve la suerte de no haberme roto nada, me dieron el alta y que tomara gelocatil porque como tomo sintrón no puedo tomar otra cosa. Total que ya estoy en casa, me duele todo, pero estoy entera. Enseñanza: hay gente estupenda por el mundo, hay que ser optimistas y el que se meta con la Salud Pública tendrá que vérselas conmigo.

Ahora debería estar a reposo, pero soy incapaz, así que me muevo más de la cuenta, pero soy así.

Leyendo cosas, navegando por Internet me encontré unas frases estupendas para llegar bien a la muerte. Sí, digo muerte, no vejez porque a la vejez ya casi estoy en ello. El doctor Jordi Gol pregunta ¿qué es estar sano? Y contesta: "ser autónomo, alegre y solidario". Creo que lo cumplo todo. El doctor Villardell añade que "un día no reído es un día perdido". Yo río mucho, menos mal. Ayer vino mi nieto Lucas a casa porque estaba algo malito. Luego resultó que estaba como un rosa y me ayudó a mí. Me decía "abuela, no te muevas, no te agaches, yo te ayudo". Me daba las pinzas para colgar la ropa. Me fui a duchar y me decía "no te preocupes que vengo cada poco a preguntar qué tal vas". Me reí mucho con él, es una maravilla.

El doctor Villardell sigue diciendo "cultiva tus amistades". Tiene toda la razón. A mí me gustaría cultivarlas más pero lo intento. También dice que es importante tener un proyecto. Yo tengo demasiados. Y finalmente dice que el mayor peligro para los mayores es una caída. Debe ser profeta. Voy a tener más cuidado todavía. Y os aconsejo a todos que hagáis lo mismo.

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