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El Senado democrático (I)

Memoria de una iniciativa. el Frente Unitario de Izquierdas, que tuvo éxito en Asturias en las elecciones legislativas de 1977

Revueltas las aguas, revueltos los vientos; la tierras revueltas? Así se encuentran las Españas, donde políticos, malabares y trileros llevan meses haciendo horas extraordinarias en mesas y sobremesas de radio, prensa y televisión?

Mientras, el señor Rajoy, presidente al borde de la quiebra, afirma controlar el déficit, que le desborda; la deuda que se le multiplica, y rema sin piragua por la aguas bravas de la demagogia tributaria, y se anuncia como el Pulgarcito que garantiza a todos, niños, adultos y ancianos, la eterna felicidad. ¿Qué podríamos hacer con los restos del cómico sujeto tras el 26J, que no sea cruel?...

Como cuervos. Están los rajoyanos como cuervos, rodeando la carne inerte de la patria?, desangrada, ¡ay!, por la estúpida mayoría absoluta popular y corrupción rampante.

Y España vive cada minuto oyendo ese ¡ay!, el que a cada momento lanzan los españolitos/as del común. Grito que recorre de norte a sur y de este a oeste tierras, montes y mares. Y al noroeste no nos salva ni el tren AVE? En nuestra tierra, ¡Ave María!, casi todos estamos jubilados, y de los que restan, buena parte está a punto de estarlo, y el resto, a más de las damas de Covadonga y el Padre Ángel, calla y otorga porque el/la que queda activo/a, o es consejero, senador, diputado, alcalde o concejal, y sus respectivos femeninos, o dirigente económico o sindical. O vive en Suiza como algún notable, o en Suiza reposa su Caudal.

Los señores de Podemos, jugadores de élite en el campo electoral, acaban de lanzar al alto socialista PedroSánchez, imagen de lo que va quedando del PSOE, -que ya ni es casi partido, ni, por supuesto, socialista, ni obrero, y que de español le queda una parte de la Galicia, y otra de Castilla y Extremadura; Andalucía; Madrid, Cantabria y Asturias-, el desafío de concurrir al Senado formando una entente democrática. En cada provincia tres senadores unidos por el afán democrático de despojar a la Alta Cámara de su concepción original, -pecado original-, con el que fue concebida: el de ser fortín de las provincias reaccionarias y despobladas: cuatro senadores por circunscripción electoral. Tres para la mayoría conservadora, y el cuarto para la progresía, decidió el legislador que, naturalmente, era ferviente conservador y del antiguo régimen?

Los abuelos de la izquierda de 1977, para evitar los nefastos efectos de la mala Ley Electoral que redactaron los azuletes a la medida de sus intereses, acordaron convenir unas candidaturas democráticas con la intervención del Partido Socialista, Izquierda Democrática de Ruiz Jiménez, la Alianza Liberal de Joaquín Satrústegui, y a la que en Asturias se sumó con el consenso de los partidos anteriores el PCE, que aportó al trío el nombre y el prestigio intelectual de Wenceslao Fernández Roces. PSOE presentó a Rafael Fernández Álvarez, y la izquierda demócrata cristiana al doctor Atanasio Corte Zapico, que a falta de partido ofrecía al elector su inquietud política y su prestigio personal. Esta candidatura al Senado, precedente de la que ahora propusiera el ciudadano Pablo Iglesias II, que de la cursilería hace con frecuencia una de las Bellas Artes, -"la belleza ética de algunas personas me da energía y a veces me hace llorar", afirmó haciendo pucheros.

Esta Alianza se probó en las provincias de Madrid, Alicante y Asturias, y en nuestra tierra se bautizó con el sugestivo nombre de Frente Unitario de Izquierdas y consiguió un rotundo éxito, que superó por muchos miles de votos a los obtenidos por los partidos desunidos, cada uno con su lista al Congreso. Congreso...

Sorprendentemente, el popular doctor Corte Zapico, especialista en niños, sin partido, obtuvo el mayor número de votos 230.968; en 224.414 y 224.208 quedaron, respectivamente, los otros dos candidatos, viejos y notables militantes de los dos partidos históricos coaligados, PCE y PSOE. La triunfadora UCD había quedado en Asturias vencida en el Senado, y en el Congreso, el PSOE obtuvo cinco mil votos más que la UCD: 182.000 a 177.000 en números redondos. La entente democrática en el Senado tuvo la consecuencia de aglutinar casi cincuenta mil votos más que la candidatura al PSOE, y sumó a la del PCE (que en el congreso solo obtuvo 60.000 votos), 164.000 votos más? Estupendo efecto multiplicador, que ya no podrá repetirse, por lo que el riesgo, de poder formarse un gobierno de coalición sin el PP, es que el Senado siga convertido en cámara de bloqueo, o cuanto menos, de lastre?

El PSOE, a la defensiva frente a las llamativas piruetas podemitas, -"gato escaldado del agua fría huye"-, invocó su proyecto autónomo; en segundo lugar, la disparidad de los respectivos programas, olvidando lo que en su día sostuviera el profesor Tierno, -q.e.p.d.-: "Los programas electorales se hacen para no cumplirlos".

Para comprobar la verdad de la sorprendente afirmación del Viejo Profesor, solo hay comparar los programas que los partidos llevaron en sus campañas, a sus actos en el gobierno?

Nada de Suárez, que se casó con el poder sin programa. Tal es la vaciedad de nuestros políticos actuales que sin reparo aprovechan y acatan los dichos florales del finado Suárez, como si fueran sentencias o máximas del mismísimo Sócrates. ¿Llevó González en su programa el ingreso en la OTAN, la brutal reconversión industrial o la práctica de la guerra sucia en Euskadi? ¿Aznar llevó en los suyos el proyecto de la hermosa guerra del Irak en que no metió con "foto" incluida? ¿Zapatero llevó el negar la realidad de la durísima crisis, y el arrodillarse ante sus consecuencias? ¿Llevó Rajoy la destrucción del bienestar, el empleo, y la libertad?... No. Ninguno de los gobernantes hizo lo que prometió su programa? Para gobernar contra el pueblo no hacen falta programas, basta con seguir los senderos del mercado neoliberal.

Tierno, además, sostuvo que lo importante eran las ideas, no los programas. Hoy comprobamos cómo unos y otros, a la izquierda, hemos quedado sin ideas, colgados de la rama, bien frágil, de la belleza ética, que como consuelo puede hacernos hasta llorar. El PP. para su desgracia y eterna vergüenza, a falta de ideas, se quedó con la caja?

Lo cierto es que sin Senado no habrá progreso? Y el Senado democrático, nuestro viejo Frente Unitario de Izquierda, no es cosa de programa, ni de euros, ni de Europa, ni de Flandes.. es cosa de una idea. De la idea más grande: la de recuperar la libertad ciudadana y todas sus derivadas. En resumen, "el Gobierno del pueblo para el pueblo".

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