Quince meses tiene el pueblo de Gijón para decidir qué hacer con el edificio de la antigua sede de Tabacalera, sito en un lugar privilegiado del Barrio Alto. El Ayuntamiento quiere que la participación ciudadana sea la vía que decida qué hacer con el lugar. En Suiza, que no es mal país, están en vísperas de la celebración de un consulta popular en la que se va a decidir si el estado va a suprimir toda ayuda y subvención a cambio de que cada ciudadano reciba desde que nace hasta que muera dos mil francos suizos al mes. El Gobierno está en contra de la medida, pero el pueblo decidirá en consulta reglada. En Gijón la consulta se centra en entidades vecinales y artísticas. Habrá que tocar madera de caoba para que no triunfe un nuevo centro cultural de los que tan sobrada va la ciudad con los consiguientes gastos y escasa presencia de ciudadanos en los mismos. Todo puede suceder en Gijón, como todo puede suceder en la Suiza de los cantones.
