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Agradecida, generosa e irrelevante

Una visión del Gijón actual, de la cultura y de la política

Una de las cuatro inscripciones que aparecen en el pedestal de la estatua fuente de don Pelayo, la que precisamente mira a la vieja dársena, comienza: "No preguntes viajero qué o cuánto hace Gijón, di más bien que es agradecida, cuenta que es generosa"?

La irrelevancia, o sea la falta de importancia, no se la debemos al clérigo leonés que escribió tres de las inscripciones del pedestal, que con tanta elegancia trasladó al castellano el sabio profesor latinista José Antonio Villar, (la cuarta corresponde a Jovino), sino al decaimiento general, cultural, económico y político de nuestra villa que acompaña solidario al de toda la región, provincia, comunidad autónoma, patria chica o Reino de Covadonga, como cada cual quiera nombrarlo?

La Asturias, que traslada la Corte de Alfonso II a León, de cuya capital fue alcalde Gabino de Lorenzo, por paradójico que parezca quedó pobre y perdida entre montes y nieblas; señoríos, valles y vacas, rebecos y lobos, truchas y salmones; perdida en Campomanes, Camposagrado, Campoamor y Jovellanos, salió apenas de su postración gracias al carbón, al tren y al puerto de Gijón? más Sela, Buylla, Clarín y Canella.

Y vivimos años de holgura gracias sus consecuencias. Nacimiento y desarrollo de la industria, la navegación y el comercio. Estos fueron los cuarteles del escudo de la Gigia pudiente, y el cuarto representó la libertad de aprender y reflexionar que encarnó el Ateneo Obrero.

Nada nos queda de los días de relevancia. Lo escribió Clarín a Gijón cuando la crisis enseñaba la oreja: "Gijón, menos Beocia y más Atenas", o lo que es lo mismo, menos tontadas y más inteligencia.

Hoy Gijón política y culturalmente, es árido desierto, pista de circo, perrito caliente; nos matamos por bobadas y falsos mercadillos; despreciamos los principios, nos empeñamos en vivir de caprichos, peatonalizaciones, cruceros y peleteras. Gijón duerme. En vez de despertarnos políticos de fuste y pensadores visionarios, nos acunan malos imitadores, falsos doctores, maestros sin doctrina, especuladores apostados tras bardiales y paneras, entre equis y zetas. Revivimos el habla vieja, por no ser menos y simular que valimos antaño, o por encontrar xanas por san Juan, y al capitán "Trueno" por San Pedro.

Entre San Juan y San Pedro, volverá Asturias a perder una vez más nuestro futuro. Basta comprobar la irrelevancia y vacuidad de los nombres que aparecen en nuestras papeletas. Son papeletas de casa sin empeños?

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