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La Casa del Pueblo que se hizo Sindical

Repaso a edificios emblemáticos ubicados en ese rincón de la ciudad

En el mismo lugar donde está hoy la Casa Sindical estuvo un edificio monumental, obra del arquitecto Miguel García de la Cruz, un playu nacido el año 1874. Playu de Cimavilla, claro. Hablamos de la Casa del Pueblo de Gijón, cuyo proyecto data del año 1916 y que tardó unos años en inaugurarse. Se conservan, además de los planos en el Archivo Municipal de Gijón, algunas fotos de la Casa del Pueblo que nos dan una idea de la magnitud de la obra, que tenía un salón de actos, salas para diversas sociedades obreras locales?

Promovieron la idea de la Casa del Pueblo los libertarios gijoneses, la Confederación Nacional del Trabajo que fue muy potente en la ciudad, y la cosa fue lenta. En el año 1910 empezó el proceso, y en 1913 fue cuando el Ayuntamiento cedió los terrenos en la entonces recién abierta calle de Sanz Crespo. Se tomó posesión de solar en 1916 y en diciembre de ese año se colocaba la primera piedra. El edifico se derribó el año 1965 pero en realidad nunca se llegó a construir del todo; de hecho si miramos los planos de Miguel García de la Cruz podemos decir que se construyó el 75 % de la proyectada Casa del Pueblo.

Heredera de la Casa del Pueblo es la Casa Sindical. Ahora mismo es noticia el muy lamentable estado del edificio que se conoce como La Sindical. Con entrada por la calle de Sanz Crespo, el perímetro sigue por Llanes, Fermín Canella y Robustiana Armiño. La Casa Sindical tiene un salón de actos con capacidad para 700 personas pero clausurado por el peligro que supondría utilizarlo, y varias salas y plantas absolutamente desaprovechadas. El inmueble fue inaugurado en septiembre de 1966 y tiene en la actualidad serios problemas de todo tipo, de accesibilidad por ejemplo. Ahí tienen su sede Comisiones Obreras que ocupa 1.500 metros cuadrados, y también la Corriente Sindical de Izquierda, CSI; Confederación Nacional del Trabajo, CNT, y la Confederación General del Trabajo, CGT.

El inmueble es obra de los arquitectos Somolinos Cuesta (Francisco y Federico) y de Enrique Álvarez-Sala Morís. Los Somolinos son también los arquitectos de la iglesia de San Pedro, en 1954, y del llamado "rascacielos" de la calle de Álvarez Garaya, y Álvarez-Sala era en aquellos años el arquitecto municipal.

Los datos catastrales indican que la superficie construida es de unos 6.000 metros cuadrados. Estamos ahora ante la situación de un edificio levantado en 1966 tras varios meses de distintos proyectos (la licencia municipal de construcción fue aprobada en marzo de 1965) que ha envejecido muy mal. Debido, principalmente, a la falta de mantenimiento, y por el que a diario pasan la treintena de personas que allí cumplen su jornada laboral, además de los numerosos trabajadores que acuden a su sindicato respectivo.

Una placa podemos ver en su fachada. Fue colocada para homenajear al legendario sindicalista Luis Redondo, fallecido en octubre de 2013: "O nos salvamos con el alma colectiva o con el alma individual nos vamos todos al infierno. Luis Redondo Álvarez (Turón, 1932-Xixón, 2013), primer secretario general de la Corriente Sindical de Izquierda, CSI, Asturies, entre 1981 y 1988".

La Casa Sindical se inauguró "al servicio de trabajadores y empresarios de Gijón", el jueves 22 de septiembre de 1966. Dentro de unos meses hará medio siglo. Fue a las cinco de la tarde y con una muy abundante asistencia de autoridades políticas y sindicales de la época. LA NUEVA ESPAÑA informó ampliamente del acto y habla la crónica de que había sido construida en 22 meses, y que había costado 18 millones de pesetas: "Tiene ocho plantas, un semisótano, un salón de actos con 700 butacas, camerinos, aulas, biblioteca, gimnasio, bar restaurante, sala de exposiciones, sala de lectura, sala de billares y sala teleclub y en la séptima y octava planta los despachos de las agrupaciones sindicales".

Si nos retrotraemos a muchos años antes -al siglo XIX- digamos que en ese mismo terreno donde primero estuvo la Casa del Pueblo y ahora la Casa Sindical, estuvo el puente del Humedal. Servía ese puente para salvar el foso de la muralla que por ahí pasaba. Cerca que, en forma de estrella, rodeó Gijón entre 1836 y 1867 con motivo de las guerras carlistas.

La Sindical se derribará lo mismo que se hizo con la Casa del Pueblo, pero quedará en la historia de la ciudad como parte de la memoria de ese lugar de Gijón. Una mezcla de memoria colectiva, de memoria del trabajo y de lucha obrera. Una mezcla de realidad histórica y de simbolismo.

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