La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Alejandro Ortea

Varadero de Fomento

Alejandro Ortea

Fauna extraña

De los cangrejos rojos americanos a peculiares y dañinas formaciones políticas del momento

Al estanque de la plaza de Europa le pasan cosas raras o, para ser más exactos, le surgen habitantes inesperados. Al parecer ahora está plagadito de cangrejos rojos americanos como, en pasadas temporadas, se llenó de ranas que, con su alegre croar, disturbaban al vecindario colindante. Son modas faunísticas que dicen mucho de la calidad de las aguas del estanque de marras, porque si estuviera sucio, ni ranas no cangrejos. Como es un estanque de clima atlántico, no le pasa lo que al estanque de la madrileña estación de Atocha, que está plagadito de tortugas de la Florida merced a su artificial clima tropical. Lo nuestro es a pelo, lo que da el clima mondo y lirondo: nutrias que se meriendan a los patos y cisnes en el parque de Isabel la Católica y cangrejos de río o ranas en pleno centro urbano. Los de Parques y Jardines no deben de ganar para sustos con los alegres animales que pululan por nuestros espacios públicos, aunque por estos lares aún no hemos tenido mayores incidentes con jabalíes; ojo, en la zona urbana, porque en otros términos del feraz y agradable perímetro del concejo vaya si se nota su presencia, molesta en tantas ocasiones.

Otro tipo de fauna, los gestores públicos y sus opositores que pueblan el consistorio municipal de nuestro pueblo, anda en modo elecciones generales y nos está dando unos días de ocupación en los grandes temas, salvo los del moriyonato gobernante, que para ellos parece no existir alianza con el PP que valga, a pesar de que uno de sus referentes gijoneses, el supercasquista Martínez Oblanca -que en su momento los plantó a todos ellos-, ande en pos de revalidar su escaño como diputado en Cortes por mor de la bondadosa lideresa popular, mi doña Cherines Fernández, a la que no le molesta trufar sus listas, ni sus equipos, de casquistas del momento o de revueltos a la casa madre del PP regional.

Las huestes municipales del PP, de estricta obediencia a la organización que comanda la presidenta popular en la provincia, no gana para disgustos con la caritativa cirujana y su fiel escudero en las batallas locales, Fernando Couto. A ellos les basta con la inestimable ayuda de la marca blanca de Podemos, con tanta abundancia de "corriente" o CSI, que le da para sacar adelante cualquier asunto en los que sea necesario su apoyo incondicional. Y llevamos así un año, sin que se le vea remedio al asunto, para perplejidad de propios y extraños. A quien tiene más extrañados y molestos es a los socialistas: tan es así, que el "caso Gijón" se cuela a veces en los parlamentos de líderes socialistas no ya regionales, sino hasta nacionales, como ejemplo típico del apoyo de los morados a la derecha en cualquiera de sus manifestaciones. Todo vale en la guerra y, así como el káiser alemán le puso un tren a Lenin para que llegara a Rusia a desestabilizar la situación de los zaristas, así se vale la derecha española de Pablo Manuel Iglesias y los suyos en sus intentos de lograr la desestabilización del PSOE. No lo hacen sin ciertos temores por lo que pueda pasar, pero a la vista está que la maniobra está dando, de momento, los resultados apetecidos.

El PP quiere seguir en el gobierno y para ello desea a los socialistas en una posición de debilidad tal que no les quede más remedio que apoyar a un gobierno presidido por Rajoy. Así está planteada la situación y causa perplejidad que, siendo como es la principal cuestión política, tantos analistas y comentaristas se entretengan en la espuma de los acontecimientos y se hayan dado a comentar las elecciones y lo que nos jugamos como quien narra cualquier competición deportiva en donde lo que sucede en el terreno de juego poco tiene que ver con el verdadero juego que se reparte en los despachos.

En ocasiones, la afición, como el electorado, se revuelve y se molesta un poco, pero todos se acomodan al poco y se quedan tan contentos. No. Estas elecciones no están siendo nada limpias o, para ser más exactos, son un poco más sucias de lo habitual. Y eso sucede, como con la plaga de cangrejo rojo americano del estanque urbano, porque en el escenario político hay una sobreabundancia de elementos extraños que, en realidad, sólo parecen ser respetuosos con el sistema constitucional sin creer realmente en él. Alimentar y facilitar su existencia con medios afines será una más de las grandes responsabilidades de la derecha española.

Compartir el artículo

stats