La Semana Grande de Gijón tiene que sentir sana envidia de los sanfermines pamplonicas, sin duda la fiesta más jaleada del mundo. La promoción que realizan las cadenas de televisión, con TVE al frente por aquello de que tiene la exclusiva de la transmisión en directo de los encierros, costaría millones de euros si Pamplona tuviera que pasar por la caja de los servicios de publicidad. A todas horas tenemos en nuestros platos de sopa las idas y venidas del pueblo llano, de los míticos escritores y de los inspiradores de este o aquel hito de la fiesta. Por aquello de la corrección política se esconden los resultados de las corridas de toros, pero ya nos sabemos de memoria las virtudes y defectos del líquido usado contra los orines en la vía pública. Cada fiesta, por lo que vamos viendo, tiene lo que se merece, pero alguna existe que va muy por delante de las demás en lo que se refiere a la promoción informativa. La Semana Grande merece más promoción.
