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Musicólogo

La huella de Bach abre el festival

El Festival de Música Antigua de Gijón arranca en esta edición con el mismo éxito con el que terminó la anterior. Es una cita más que consolidada en la programación estival, pero también un ejemplo de cómo afianzar público y ganar prestigio a base de una cuidada programación que cada año trae a la ciudad a grandes figuras internacionales. En esta edición la coordinación es entera del personal del Taller de Músicos de Gijón, y han acertado de pleno invitando al ensemble "Gli Incogniti" para la apertura; uno de los conjuntos con mayor prestigio en la interpretación histórica de la música barroca, encabezado por la violinista francesa Amandine Beyer.

El título del programa era provocador: "El Bach inauténtico". Hablar de falta de autenticidad en la música (y más en repertorios en los que es un valor primordial) suele ser polémico; pero efectivamente, la música y los músicos son menos auténticos y menos genuinos de lo que nos ha querido hacer creer el tópico del "genio creador" romántico. J. S. Baches un ejemplo de asimilación de tradiciones italianas y germanas, con citas reconocibles (y reconocidas) en su producción a piezas de Vivaldi o Buxtehude. Pero "Gli Incogniti" pone el acento aquí en otra polémica: la de las obras atribuidas (en catálogo) a Johan Sebastian Bach sin estar acreditadas en los documentos, evidenciando las sombras de la historiografía de la música.

Fueron todo sonatas, y la primera ya planteaba la duda de si la "Trio Sonata en Sol M" es de Johan Sebastian Bach o de su hijo Carl Philipp Emanuel. Aparte de estas cuestiones, la interpretación de "Gli Incogniti" fue sublime, con un diálogo constante y equilibrado entre el traverso (Manuel Granatiero) y el violín sobre la base de un continuo formado por clave (Anna Fontana), viola da gamba (Baldomero Barciela) y tiorba (Francesco Romano); cuatro movimientos de aire contrastante y un lenguaje del barroco tardío en el que los ritmos saccade, las estructuras fugadas o las progresiones melódicas y armónicas ya estaban bien digeridas en las obras y permiten a los intérpretes desplegar toda la expresividad en los diferentes pasajes.

En la "Sonata en Do m" de J.G. Pisendel (también atribuida a Bach) destacó el adagio inicial por la expresividad conseguida con la disolución del compás y los complejos fraseos del violín, así como con el juego con la disonancia; una atmósfera de tensión que contrastó con la velocidad y el fluir del "perpetummobile" del siguiente movimiento. La primera parte acabó con una de Bach (esta vez sí), la "Trio Sonata en Do m", una pieza larga en la línea de las anteriores. El descanso hacía prever la espantada de público debido al inminente inicio de la final de la Eurocopa; sin embargo, la gran mayoría se quedaron para disfrutar del dúo de traverso y clave en la "Sonata en Sol m" de C.P.E.Bach y del cierre del concierto con la "Trio sonata en Re M", de nuevo también de Bach. La ovación fue más que notable; los músicos salieron varias veces a saludar y regalaron una breve propina. Buen comienzo para esta edición del festival que llenará el Antiguo Instituto de música barroca cada tarde y con entrada gratuita hasta completar aforo. No se lo pierdan.

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