Parece que el cantante valenciano Francisco -el "latino"- y la política también valenciana Mónica Oltra andan a la greña por quítame allá esos votos; y el uno (Francisco) ha insultado a la otra, porque (Mónica) ha insultado a todos los que han votado a Mariano Rajoy, llamándoles de todo. Es como si se insultase a todos los votantes socialistas por los casos de corrupción de "Marea" que cada vez demuestra que desde alguna consejería se descubre que se ha robado más y sin que nadie de arriba o abajo supiera algo. La sangre parece que está llegando al río porque el Ayuntamiento de Gijón ha decidido romper el contrato que el Teatro Jovellanos tenía con el cantante valenciano.
En lugar de formularse autocrítica por el resultado electoral, algunos como los "monederos" y exgeneral podemista, se han dedicado a decir mentiras, despreciando e insultando a los militantes del PP y a los millones españoles, los más numerosos, que han votado a Rajoy. Lo de la reina de los escraches, con los que ganó la alcaldía de Barcelona, es propio de una política inmadura sin ninguna habilidad especial que no sean las boutades onerosas. Lo mismo de la señora valenciana del Compromiso. Pero que todo un general, ex gran jefe del Ejército español ataque por falta ética a los electores que no lo han votado, es tan patético como desolador. Por lo que se ve la nueva casta política, tan vieja como el anciano e involucionista marxismo, es la encargada e distribuir patentes de democracia a todo menos a los suyos.
¿Cómo no se va a tener miedo a los que amenazan destruir todas la libertades y derechos fundamentales de las personas: libertad religiosa, libertad de educación, derecho a la vida, libertad de comercio, libertad de ahorro y de inversión; y quieren imponer un modelo de sociedad en donde todos privilegios sean para la nomenclatura de su partido y para los demás españoles la pobreza, la injusticia y el sometimiento ideológico?
Pero resultaría imperdonable que Mariano Rajoy, por seguir en la presidencia del Gobierno, pactase con los enemigos de la libertad educativa, del derecho a la vida y a morir con dignidad sin eutanasias; impusiese la ideología de género, atacase a la familia y al matrimonio, sembrase la división de los españoles con leyes que sólo generan enfrentamiento, o con medidas que aumenten el paro y pongan en peligros las pensiones.
Los que insultan a los votantes por lo que votan son fundamentalistas antidemocráticos que no admiten lo que llaman democracia formal burguesa y son partidarios de la lucha contra las urnas con insultos y miedos.
