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La esquina

Metáfora de un futuro incierto

Un ilustre vecino de Gijón reclamaba hace días que las nubes se fueran a hacer gárgaras y dejaran el cielo triste y azul. El vecino no quería el sol para nada, pero sí quería claridad, eso que falta a la realidad gijonesa de hoy. No hay claridad ni en el cielo ni en el futuro inmediato de una ciudad que tiene tantas cosas pendientes que no sabe por dónde empezar. No tiene claro si quiere ser ciudad de camareros o si va a insistir en su apuesta por las últimas tecnologías. No sabe qué hacer con el gran solar del plan de vías (horrenda denominación la del solarón), ni con la inútil Zalia, otro monumento a los sueños industriales cortados de raíz por una crisis a la que se le ven algunas salidas, si hay salidas con los miles y miles y miles de parados asentados en Gijón. En días como éstos un consuelo puede ser la lectura del artículo de Alfonso Ussía en el que canta la belleza de la playa vacía por la lluvia. Un canto al Norte al que hay que sumarse.

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