La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Etnias diversas junto a la mar

Reflexiones en la playa sobre el drama de los refugiados

Opulentas damas gitanas encajadas en biquinis que permiten derramar sus abundantes carnosidades. Fumando. Mujeres alrededor de los 40 años. No ha muchos años era impensable ver un espectáculo así; completamente vestidas y solamente las más jóvenes se atrevían, eso sí, a bañarse sin quitarse la ropa. Actualmente, desinhibidas, se sumergen en la mar, mientras un hombre se ocupa de niños y niñas. No siempre, claro, también las madres se bañan con su prole pero esta etnia admirable en muchos aspectos, tan maltratada socialmente supo incorporar costumbres payas sin perder su identidad. Perfecto. Ellas disponen de libertad y destapan su anatomía como les da la gana.

Cerca, dos adolescentes latinoamericanos, posiblemente ecuatorianos jugaban a la pelota en un espacio reducido, tanto, que podían dar a las personas. Les propuse que se fueran unos metros más allá y ellos educadamente atendieron mis indicaciones.

Sale de la mar un adolescente delgado, fibroso, de piel oscura, aunque no negro. Su cuerpo tiembla, se envuelve en una toalla y ambos nos miramos. Le pregunto como tiene tanto frío, un día soleado, sin aire y me responde que es del Sáhara y cuando -reconozco que un tanto curiosa por mi parte- quiero saber si está de vacaciones, un punto receloso contesta que sí, pero distante, digno; entonces una señora de las familias que acogen a niños, niñas y adolescentes saharauis me comenta sonriendo que está acostumbrado a aquel calor del desierto que puede llegar a 55 grados. Tumbado en la toalla y con otra por encima continúa temblando, pero pasado un corto espacio de tiempo merienda muy bien y me devuelve una mirada limpia.

Reflexiono acerca de la tranquilidad que envuelve la playa, juegos infantiles, lecturas -pocas- conversaciones, risas, siestas... y me indigno, me cabreo, pensando en esas personas refugiadas privadas de los mismos derechos por fanatismo e indiferencia o, vamos a dejarlo así, una relativa incapacidad para solucionar definitivamente la situación de sirios y sirias y también de personas eritreas, afganas. Vidas truncadas, carreras fracturadas, profesiones abandonadas. ¿Qué sucede con el Estatuto del/la Refugiado/a?. ¿Cómo se puede poner una fecha que, según informaciones recibidas por una servidora e ignoro si será correcta era el 20 de Marzo el plazo para entrar en Hungría y de allí a Macedonia y de allí...¿es que la hospitalidad tiene fechas?. ¿El acogimiento es vulnerable a los plazos?. ¿Hasta cuando la "poderosa Europa" se permite continuar impidiendo el paso a personas huyendo de una muerte más o menos próxima o se termina con el ISIS?. ¿Tan difícil es?. ¿Conservarán sirios y sirias sus pen drive donde guardar lo más imprescindible si se trata de creadores/as, es decir, escritores/as, artistas. ¿Y el profesorado?. ¿Y los juguetes, fotografías familiares, libros, etc? La población adolescente está siendo, al menos en una buena porción, prostituida y prefiero no hablar, pero sí, lo digo, seres que ya no existen "completos" porque les arrebataron órganos vitales...y las barbaridades de Hungría donde parece se olvidaron de su huida durante la Segunda guerra mundial y fueron acogidos/as en países europeos entre ellos el Estado español. El futbolista Kubala y el cineasta Ladislao Vajda son sólo un ejemplo.

Como europea me avergüenzo de lo que ocurre, tal parece que la sociedad se acostumbró a noticias e imágenes de la población refugiada. La costumbre... la indiferencia.

Compartir el artículo

stats