Metidos hasta el corvejón en la Semana Grande, que este año por caprichos del calendario se va a estirar más de uno o dos días, los habitantes de este Gijón abarrotado no tienen claro si el actual Día de Asturias, llevado al cerro de Santa Catalina, tiene más chicha en estos tiempos que en aquéllos del desfile de carrozas por el paseo del Muro de San Lorenzo. Cada uno contará la fiesta como le esté yendo en ella, que seguro que bien antes y ahora. Fiesta a la que se suman los casi cuarenta mil perros censados en la ciudad, diez mil más que en un censo cercano que los dejaba en treinta mil. El universo canino va camino de alcanzar el 20 por ciento del número de humanos habitantes de esta ciudad que se ha metido en la fiesta dispuesta a olvidar los problemas del resto del año, que pueden esperar. Algunos problemas, porque otros no permiten la demora en la solución, que quizá pase por el cerro de Santa Catalina y lugares adyacentes.
