El calendario de 2016 le ha venido redondo a la Semana Grande: sábado, domingo y lunes enlazan los mejores días del ciclo. No hay que prolongar fechas ni mezclar festivos y medio laborables; lo justo y necesario, tres días de pura fiesta con la noche de los fuegos en la mitad, con buen tiempo, sin nubes y una ligera brisa que disperse el humo de los castillos que la Pirotécnica Pablo ponga en acción. Cuando alguien recuerde la Semana Grande de 2016 tendrá que incluir en los recuerdos, que no en la nostalgia, los días de sol y las noches de blanco satén en las que, sin duda, tendrá que incluir la de hoy. Mientras el mundo arde en la fiesta, los concejales de Gijón andan liados con sus dietas y gastos. A estas alturas de la película, sin resolver asuntos que tendrían que llevarse resueltos años y hasta décadas. Los calendarios de los responsables políticos van por un carril y los del pueblo fiel y llano van por otro. Por fortuna.
