La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Musicólogo

Martirio: una figura imprescindible

Hay artistas en esto de la música que no necesitan adjetivos, figuras que no se acomodan fácilmente a estilos o géneros, personajes con nombre propio que son en sí mismo una categoría, una etiqueta. Este es, sin duda, el caso de "Martirio", la cantante onubense ha transitado por todos los estilos, del rock al flamenco, y ha modificado repertorios y fusionado lenguajes (copla-jazz, flamenco-rock) desafiando normas y cánones para renovar una música lastrada por las connotaciones del franquismo. Antes de ser "Martirio", María Isabel Quiñones ya innovaba en esto de la música con formaciones como "Jarcha" o "Veneno", pero fue como "Martirio" cuando consiguió despuntar y convertirse en un icono que todos reconocemos al instante. El viernes salió al escenario de la plaza mayor con sus atributos característicos: peineta, abanico y gafas de sol para celebrar sus "treinta años de Martirio".

Comenzó por el principio, con dos coplas de su primer disco, "Estoy mala" (1986), que son una perfecta muestra de cómo supo adaptar el género de la copla a la vida cotidiana del momento; quizás lo más llamativo es que la letra de estas coplas no han perdido actualidad en treinta años y se ajustan perfectamente a la realidad actual. Siguió con "Las mil calorías", una sevillana entre cantada y declamada, entonada "a capella" con guitarra y batería marcando el compás. Luego llegaron los clásicos de la copla: una versión jazzística de "Ojos verdes", "Dicen" llevada al swing y "María la portuguesa", en la que tuvo un recuerdo para Carlos Cano.

Los ritmos latinoamericanos tuvieron presencia con una versión de Alberto Cortez y del tango "Volver", eso sí, tocado por bulerías, también la canción "Es mejor vivir así", que grabó hace unos años junto a Compay Segundo. Espectacular y conmovedor resultó el bolero "Si te contara", que Martirio interpretó con el único acompañamiento del contrabajo, aquí lució voz y demostró que tiene potencia y color. Chavela Vargas también estuvo presente con "En un mundo raro", "Quisiera amarte menos", de nuevo por bulerías, y junto a Joaquín Sabina con "Noches de boda". Más copla-jazz con "La bien pagá", que cantó con una sorprendente primera parte en inglés y una tergiversación inteligente de la letra en español. Y, para rematar, de nuevo una adaptación de Miguel de Molina en "Compuesta y sin novio" con un ritmo animado que desató la ovación final.

No se movía ni un alma, todos esperaban unos bises que arrancaron con aires latinos y acabaron por sevillanas con "Arreglá, pero informal". Fue un concierto arrollador, una pequeña muestra de la importante labor que "Martirio" ha hecho en la canción española durante treinta años para sacarla de su anquilosamiento y mantenerla viva y ligada a la actualidad. Este es el sentido de la copla y del bolero, renovados por esta artista no sólo con nuevas letras, sino también utilizando el flamenco y el jazz, dos géneros de naturaleza híbrida que se nutren con cada giro, con cada fusión y con cada experimento hecho con respeto, rigor e inteligencia. Esto es lo que ha caracterizado la trayectoria de "Martirio", una artista imprescindible para entender la evolución de nuestra música.

Compartir el artículo

stats