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¡Hasta siempre!, por Fidel García Martínez

Merecido homenaje a un sacerdote humanista y letrado que deja huella en la villa de Jovellanos

¡Hasta siempre!, por Fidel García Martínez

Con sentimientos encontrados se despidió ayer don Álvaro de todos sus fieles, amigos y conocidos de Gijón, que son muchos, a pesar del escaso tiempo que ha permanecido como Rector de una de las Iglesias más deslumbrantes de España, la popularmente conocida como Iglesiona, aumentativo muy propio del Gijón del alma; pero que en realidad es Basílica Pontificia, categoría que sólo tienen la basílica de San Juan el Real, desde donde vino don Álvaro y la de Covadonga. Don Álvaro deja en Gijón buenos amigos, como Julio Puente hasta unos meses director de la Edición de LA NUEVA ESPAÑA de Gijón, compañero de seminario y con el que jugaba al fútbol, deporte que don Álvaro postergó, porque tuvo que elegir entre ser portero del Oviedo o sacerdote de la Iglesia Católica. Él lo tuvo muy claro porque porteros había muchos, pero sacerdotes menos. Prefirió el altar y el confesionario a los banquillos de los reservas, a estar debajo de los palos en las porterías de los campos de fútbol. No sólo no se equivocó, sino que acertó plenamente, porque goles no le metieron ninguno, pero acercó a muchas personas de toda edad, sexo y condición a los sacramentos de la Iglesia Católica: bautismos, confesiones, comuniones, matrimonios, unción de los enfermos (?) son sus trofeos.

Con don Álvaro siempre es fácil establecer relaciones amigables y duraderas, porque es un sacerdote amable, comprensivo y entregado a la tarea pastoral. Siempre dispuesto a escuchar y ofrecer su colaboración en todo lo que redunde en favor de la vida religiosa y cultural de Gijón. Tuve la ocasión de comprobarlo cuando le propuse la celebración de unas conferencias con motivo del Vº Centenario de la muerte de Santa Teresa. Él mismo se puso al frente y se comprometió personalmente. Gran conocedor y amante de Santa Teresa impartió una magnifica conferencia sobre lo que estimaba era la autora del Castillo Interior: Jesús de Teresa. En aquellas conferencias participaron diferentes profesionales: médico, bióloga inspectora de educación, teóloga y letrado. Tuvieron importante repercusión en algunas redes sociales.

Don Álvaro es un sacerdote humanista y letrado, con título universitario civil incluido, poseedor de una magnifica biblioteca espiritual-teológica. De fácil conversación y excelente trato. Su humanidad física es un fiel reflejo de su talla sacerdotal. En la Santa Misa de despedida de Gijón se ha notado que don Álvaro ha dejado una profunda huella en la Villa de Jovellanos.

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