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Recuerdos de Deva

Desde la meseta madrileña leo todos los días LA NUEVA ESPAÑA, topándome, sorprendentemente, con la fotografía de los ganadores de los "Elogios".

Sin desmerecer a Sidra Canal, hoy quiero mirar hacia atrás y recordar lo que para mí fue Deva y sus extraordinarios convecinos, donde tuve una casina enfrente de la capilla de San Antonio. Así todos los días íbamos a buscar la leche a casa de Piñera, donde no nos librábamos de tomar un amplio culín de sidra.

Allí conoci a una notable y gran familia, reunidos todos ellos en una amplia cocina, matrimonio con sus hijos y nietos, presidida entonces por José. Su hijo Luis ya batallaba con la sidra y en una camioneta repartía de un lado para otro aquel suculento jugo de manzana. Así hoy me entero a través de LA NUEVA ESPAÑA que Luis ya está jubilado y quien le sustituye es su hijo José Luis, entonces, por aquellos años 70, de monaguillo en la parroquia de Deva, estando de párroco don Nicasio y después don Jaime.

Don Nicasio había sido condiscípulo de mi suegra y allí nos dejamos caer una tarde de verano con el fin de saludarle. Aquel primer saludo se fue ampliando y, desde entonces, repito, año 1970, no dejamos de ir por aquel maravilloso lugar y conocer a mucha gente que allí vivía: a Sela, hermana de Nicasio; a Nely, hija y sobrina respectivamente; a Armando, casado con Nely; a Leto, que llevaba la pequeña finca del cura y campanero en las fiestas. A los hermanos de Armando, como Pepe y Rodrigo (y su mujer Yoli) y, lógicamente, no debo o no puedo seguir porque lo convertiría en una casi interminable lista.

No obstante los años transcurridos, al ver en la foto los ojos de José Luis Piñera, sigo viendo su avispada cara de chico siendo monaguillo. Enhorabuena a ambos contrincantes y a seguir triunfando con su sidra.

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