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Crítica / Música

El retorno del viejo trovador del rock

La inagotable energía de Willie Nile rinde al público gijonés en su estreno de gira

El maestro Robert A. Noonan regresaba a España y lo hacía en la pasada noche del miércoles por "su puerta grande" -que es Asturias- para iniciar gira con su muy reciente disco "World War Willie".

Dos centenares largos de incondicionales, rendidos por conocimiento y puro placer a las formas sencillas pero directas de este gran trovador del rock, le hacían saber que habían llegado expresamente de Londres para escucharle; o le saludaban algunos neoyorquinos de paso por la ciudad a los que el maestro no dudó, bajándose del escenario, en ir a saludar directamente. New York es Nile y Nile es New York. Ambos, ciudad y poeta, se siguen haciendo guiños así que pasen los años o hasta cuando Willie nos quiera desvelar el secreto de esa eterna juventud que luce entre los rascacielos y, enérgica, por escenarios como este de Gijón.

Brillantes Matt Hogan a las guitarras eléctricas, con solos demoledores y largamente aplaudidos, Alex Alexander a las baterías y Johnny Pisano al bajo que llegaban desde América a su lado tras mucho tiempo y abrían sesión -como abre el disco- cantando, por supuesto, que se será "Salvaje para siempre". Puro rock, folk rock y rockabilly de bote pegadizo amparados en el estribillo típico (yeah, yeah) de Nile que seguía rememorando a las viejas glorias de aquel Nueva York en blanco y negro con "Grandpa Rocks". Contundente e "in crescendo", dejando atrás la memoria de conciertos pasados más en línea acústica y atemperada, Nile volvía "salvaje". Lo pedían los temas, lo demandaba el público y se trataba de regresar echando levemente la vista atrás e ir rescatando, intercalados, temas que han llevado hasta los de este nuevo disco: "Bleecker Street", "Innocen Ones", "Heaven Help" y el público rendido y apiñado frente a las tablas recitando los estribillos de "Let´s come togheter", de "un saludo al infierno" y de los "buenos modos de los chicos malos del rock" hasta reposar con "Love is a train" que sirvió de lanzadera para el resto del rotundo y sólido programa. La pena es que los conciertos de Willie Nile pasan como en un suspiro por largos que sean. Este de la noche del miércoles en Gijón pedía continuidad, pero habría sido suficiente acercarse a él gtan sólo por escucharle rememorar a su querido Lou Reed y su nueva versión de "Sweet Jane" tarareada por todos los presentes y adornada por el sutil ritmo de "Walking of the wild side" del citado Reed que tuvo su guinda inmaculada con "Heroes" del también llorado David Bowie. "One guitar" -otro de sus éxitos- ya con Jorge -"Stormy Mondays"- Otero como miembro de la banda, "Children of Paradise", "Sedated" o "House of a thousand guitars" piden a gritos que Willie nos desvele lo antes pedido: el secreto de su salvaje, contagiosa y eterna juventud. Forever Nile?.

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