A media mañana de un lunes de septiembre soleado y casi veraniego, la ciudad sufre un cambio radical con relación a las jornadas pasadas. Los niños están en los colegios por primera vez desde hace muchas semanas. Las cifras muestran con claridad la crisis demográfica porque la caída de la matrícula en las edades más cortas llega a las trescientas plazas, que ya son plazas. Siete unidades menos de Infantil de 3 años acumula el municipio. Ése es el problema más gordo que tiene la ciudad, la sociedad, que se enzarza en polémicas menores como el supuesto cambio de nombre de un estadio de fútbol o por la organización de este o aquel mercadillo. La crisis demográfica de la que Gijón es símbolo en Asturias por ser, simplemente, la ciudad más poblada es la verdadera crisis. Pero no habrá síntomas de solución mientras los índices de paro sigan como hasta ahora, los salarios no evolucionen y la coordinación familiar sea imposible.
