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Crítica / Arte

Dos nuevas esculturas en el Evaristo Valle

El ceramista Jesús Castañón y una "Fisonomía" de Juan Bordes se suman a la colección del museo gijonés

"Labial", de Jesús Castañón. Jesús Castañón Loché (Gijón, 1956), hijo del escritor Luciano Castañón Fernández (1926-1987), es uno de los ceramistas españoles con mayor reconocimiento nacional y mundial. Empezó muy joven en la antigua Agrupación Gijonesa de Bellas Artes, donde recibe clases de dibujo de Adolfo Bartolomé y de escultura de Gonzalo Macías. Más tarde dibuja y pinta de la mano de Luis Pardo y Alejandro Mieres. En 1976 realiza su primera exposición individual con esculturas realizadas a base de piezas metálicas de reciclaje. A los 20 años se decide por la cerámica, fascinado por la experiencia bíblica y ancestral de las transformaciones del barro en el horno que le cuenta el cura Feito en el alfar de Miranda, donde aprendió a manejar el torno. Una vocación la suya que surge al paso de la quintilla popular, que dice. "Oficio noble y bizarro / entre todos el primero / pues en la industria del barro / Dios fue el primer alfarero / y el hombre el primer cacharro". Visita talleres de alfarería de toda España, empezando por las tradicionales cerámicas asturianas (Fano y Llamas del Mouro) y gallegas (Sargadelos).

Durante muchos años ha sido profesor en la Escuela Municipal de Cerámica de Avilés "Factoría Cultural", actividad de la que está a punto de jubilarse. Es desde el año 2011 miembro de la Academia Internacional de la Cerámica (Ginebra, Suiza).

Jesús Castañón ha viajado como ceramista por los cinco continentes. Cuenta que le paran en muchos aeropuertos, pues lleva consigo dos kilos de un polvo blanco que en el horno se convierte en rojo, un rojo sangre que ya se llama "rojo Castañón". Pero los vigilantes lo comprueban, no resulte que sea otra cosa. En la inauguración de su escultura el 27 de agosto, venía de Buenos Aires, donde fue invitado a un simposio con otros 20 artistas por el instituto Municipal de Cerámica de Avellaneda. Y en estos días pasados estuvo dando un curso en Alassio (Savona, Liguria, Italia), organizado por la Asociación Cultural Paraxo. Recuerda con agrado los cursos en Argelia, de la mano de la Complutense de Madrid. Pero su más famosa aventura sucedió en el verano de 2012, cuando revistió con 25 planchas la pared dedicada al fuego del templo budista HAP Pottery, en las propiedades pekinesas del doctor I Chi Hsu, famoso ceramista que visitó Gijón en las navidades del 2011. Según la tradición budista (siglo V a.C.) los cuatro elementos de los filósofos griegos (tierra, aire, agua y fuego) constituyen el tejido del universo y proceden de la explosión de una pequeña burbuja vacía. Estos mismos elementos son también los componentes fundamentales de la cerámica.

La obra "Labial" (barra de labios en Argentina) la realizó en Avellaneda y se agrega a las 52 esculturas que se exponen permanentemente en los jardines del Museo, donada por el artista. Estamos ante un cilindro de cerámica roja, con orificios en la parte superior, embutido en otro cilindro de hierro. Obra medio abstracta medio figurativa, pues tanto su forma como los orificios aluden a su función. Para saber más sobre el autor, consultar el libro de Ramón Rodríguez: "Jesús Castañón. Pintura, escultura, cerámica" 2006

"Fisionomía CH06", de Juan Bordes. Donada al museo por un coleccionista particular, esta cabeza de Juan Bordes pertenece a una serie de piezas únicas modeladas en cera, fundidas en bronce y patinadas, expuestas en ARCO el año 1998. Esta "Fisionomía" inaugura en el edificio antiguo del Museo un nuevo espacio llamado La Ventana, dedicado a microexposiciones. Detrás de la cabeza de Juan Bordes, figura una fotografía tomada en su estudio, que lleva por título "Voyeur" (2006), obra del fotógrafo y cineasta Rai García. La cabeza del mirón, abajo a la derecha, está rodeada por cuatro cuerpos desnudos, tres de mujer y uno de varón.

No pudo acudir Juan Bordes a la presentación de su obra en la tarde del 27 de agosto, pero envió un texto titulado "Mis vocaciones infantiles", que leyó frente al público y muy galanamente una nieta de Guillermo Basagoiti.

Nacido en Las Palmas de Gran Canaria (1948) dice que su dedicación a la escultura es la síntesis de sus vocaciones infantiles. Quiso ser obispo, director de cine, titiritero, cirujano y hasta arquitecto. Como futuro obispo, construía altares y santos, que adornaba con flores, tapaba con cortinas moradas en cuaresma y aromaba con incienso. Lo de cineasta fue herencia de Cecil B. DeMille y sus "Diez mandamientos", que le hizo crear un diario a base de fotografías de su propio taller. La vocación de cirujano le viene de haber visto de niño una serie de operaciones en un hospital de beneficencia y te tal experiencia le queda un método heterodoxo para hacer sus figuras, pues modela los cuerpos con material laminado, como si trabajara sólo con la piel. Estudió arquitectura por no contrariar la voluntad familiar. Pero su tesis doctoral lleva por título "La escultura como elemento de composición en el edificio", o sea, el resultado del acuerdo de dos voluntades, la del escultor y la del arquitecto. Se dedicó en exclusiva a la escultura a partir del año 1974 y colaboró en Barcelona con el arquitecto Óscar Tusquets en la elaboración de una serie de fuentes conmemorativas de las olimpiadas del 92 en Barcelona.

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