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El fesoriazo

Rajoy se come el sapo del nombramiento fallido de Soria

La amenaza del pueblo soberano ha roto el hechizo. De pronto llegó la medianoche boreal que el esforzado barón de Pontevedra no esperaba, y el embrujo del espejo mágico se rompió en mil pedazos, o "cachitos".

Y en los cachitos, el pueblo observador, ni el tontaina y asustadizo, ha visto que el baronet no es listo barón que aparenta, sino viejo zorro taimado; que no es demócrata, sino persa sin discurso; que el barón no ama la libertad, sino las cadenas..., aunque sean las del famoso anís...

El barón no usa mantón, ni chándal, sino que corre, desnuda su simplicidad de opositor triunfante, de la Moncloa a Plantón y de Plantón a la Moncloa, como quien va del caño al coro o del coro al caño..., por ver si llena una botella vacía de Mondariz -que conserva en el enorme almacén donde también guarda su amor por España y su Constitución- con agua de burbujas que no sea de procedencia catalano-independiente-republicana...

Miente el barón como mienten las gaviotas, tanto como cuentan, comen y cantan y cobran...

Por la degeneración de los elementos y elementas de su raza, mienten en cuanto hablan y en todo lo que explican, sea por pico de guindos, sorias, montoros, rajoyes, Fernández del interior o las Santamarías, abogadas del Estado aconfesional y para Iglesias, laico. Mienten los picos de las condenadas palmípedas en y sobre todo lo que quieren justificar.

Y como no saben labrar, ni orar, ni explicar; como el barón no cuida sus campos ni sus regadíos, un día que cogió la "fe-soria" del hortelano, como quien coge la fe del Vaticano, para explanar en los solares del Banco Mundial un terreno para huerto de "espaguetis" canarios, se dio tal "fe-soriazo" que desconjeringó para siempre su inmaculada reputación y quedó ante Dios y el Mundo, el País y La Vanguardia como mentiroso, obsesionado y compulsivo.

Miente y va desnudo. Ni sabe de lo que escucha, ni siquiera de los concursos que convoca. Ni sabe lo que come. Ni sabe lo que cobra. Ni sabe dónde está Soria.

Y con las seis caras de paralepípedo con gafas que pone cuando miente, el barón aspira a eternizarse en el desgobierno diario de lo que resta del reino franquiciado de la España Una, o como dijo mi general, del reino, do se "xuntan" a feixoas, los hombres y las tierras de España...; tras su "fe-soriazo" en el huerto del banco mundial, le dijo al barón-hombre en funciones, la voz de la Esfinge, que declama en exclusiva para el desierto monclovita:

"Orgulloso pontífice del partido más viejo y casposo de la España Una e Imperial, cabeza de águila, has olvidado lo que fuisteis antaño y lo que hogaño estabais llamados a ser...

Gracias a que el pueblo a su vez, con su buena entraña, os olvidará para olvidar al mismo tiempo vuestras mentiras, torpezas y desvergüenzas..., no os veréis en una peor posición en la Historia, como os veríais en el caso de prolongar vuestra injusticia y desgobierno...

¡Ha pasado tu tiempo, torpe hombre-barón en funciones! Y no es el pueblo el que te jubila y alegre despide, sino toda tu caduca ineptitud de opositor de mil memorias; ya no te es posible hacer más duradera la ignominiosa soberanía de vuestras ignorancias y ambiciones desmedidas y millonarias. Fuera del poder se acabarán para vuestro bien, vuestros rencores y personales antagonismos...

¡Qué carga tan pesada habéis sido las gaviotas para lo que queda de los hombre y las tierras del reino preconstitucional de España!".

Los niños y las vírgenes, lloraron, tanta fue su alegría al oír la voz; los mayores grabaron las palabras de la Esfinge. Y don Pedro Sánchez encargó al Oviedo del delegado Lorenzo un "Nicanor" tocando el tambor. Gaita y Tambor.

Pulpo, empanada y cachucha con guindos... para el retiro del barón en Soria...

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