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Días de pérdidas y tristezas

Las despedidas recientes de personalidades relevantes y seres queridos

Todos sabemos que la vida es corta y al final nos espera la muerte, quizás esta sea la que nos desasosiega siempre, el no saber cuándo nos va a encontrar y sesgar nuestro camino, y también la terrible incertidumbre de no saber que encontraremos tras de ella.

Estos últimos tiempos me he encontrado con profundo dolor con la muerte de algunos seres queridos, personas que han formado parte de mi vida y personas que me hubiera gustado que hubieran estado más en mi vida.

Se ha muerto Ignacio Gracia Noriega, un asturiano excepcional, un hombre sabio en todo el sentido de la palabra, nunca he conocido una persona con unos conocimientos tan amplios y una memoria tan inmensa. Él no necesitaba de googles ni cosas por el estilo, porque todo estaba en su cabeza. Yo sentí muchísimo no haberlo conocido primero y haber participado de sus tertulias, sus debates y sus charlas. Tuve la suerte de que me presentase en dos conferencias que pronuncié en el Ateneo Jovellanos de Gijón y casi sabía él más que yo de los temas. Poseía una ironía que me divertía y unas ganas de vivir y disfrutar que contagiaban. Compartíamos muchas cosas, nuestro gusto por el cine y nuestra falta de aprecio por las películas de horror, de persecuciones de coches y explosiones, de estudiantes vulgares y mal hablados. También como yo se consideraba demócrata liberal, algo que no nos dejan ser. También compartíamos nuestra afición a la buena mesa y nuestro amor a Asturias así como nuestro dolor ante lo grandones que tendemos a ser, al poco esfuerzo que dedicamos a engrandecer nuestra tierra, nuestra indolencia, a los pocos empresarios competentes que tenemos. Y también como yo su negativa a irse de nuestro paraíso, él hubiera podido ser mucho más importante si se hubiera ido a vivir a Madrid pero prefirió quedarse en su tierra Llanisca, finalmente en Piloña. Fue cronista oficial de LLanes de donde le echaron ignominiosamente, finalmente fue restituido.

Estuve siempre de acuerdo con su opinión sobre el bable, su afirmación de que las lenguas son funcionales y no se pueden resucitar, de ahí que todos los intentos que hubo de que el bable fuera el fundamento de la autonomía acabaron en el peor de los ridículos. En esto siempre fuimos bastante impopulares.

Descanse en paz este magnífico asturiano, literato, columnista, tertuliano, ensayista, autor de numerosos libros, amigo de sus amigos, socarrón, divertido que deja un vacío difícil de llenar.

Han muerto también dos profesoras ilustres, buenas profesionales, amadas por sus alumnos y por sus compañeros, después de sufrir largas y durísimas enfermedades

Kety Llenes, conocida por Kety entre sus alumnos, profesora de historia, alegre, divertida, charlatana a quién gustaba compartir su alegría y a quién nunca gustó entrar en polémica. Lo suyo era su trabajo y su familia, su marido y su hijo eran sus tesoros y los alumnos alguien a quién enseñar y ayudar. Su pérdida aunque había sido muy anunciada fue triste para todos nosotros sus compañeros.

Otra profesora y amiga Carmen Buergo acaba de fallecer después de un gran sufrimiento. No merecía acabar así. Era una mujer inteligente, eficiente, resolutiva, buena profesora y madre ejemplar, yo la definiría como madre coraje. Luchadora hasta el fin, consiguió vencer en muchas batallas, pero acabó claudicando, pues su cuerpo estaba agotado. Todos la recordaremos con mucho cariño y acompañamos a sus hijas en su dolor.

En mi familia hemos sufrido la pérdida de dos miembros: mi prima Inés Álvarez-Buylla Ortega, de Avilés con la que compartí muchos momentos de mi infancia y juventud. Vi nacer a sus cuatro hijos, todos ellos estupendas personas que cuidaron de su madre y han formado a su vez estupendas familias. Una parte de mí se fue con ella. El último en morirse fue mi primo Ramón Prada Álvarez-Buylla. Con él también compartí muchas cosas de mi vida, las dos familias y la de Inés nos reuníamos en Navidades y festejos. Yo estudié la carrera en su casa. Todas estas pérdidas me dejan un vacío en el corazón.

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