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La esquina

Un mal negocio ferroviario

Cierre usted una estación en el centro de una ciudad y mándela ochocientos metros más lejos y dispóngase a perder un millón de viajeros en un corto espacio de tiempo. La ciudad, como es fácil colegir, es Gijón y la estación es la que ha desaparecido en El Humedal para irse al final de la avenida de Portugal. El millón de viajeros son los que se han ido a los autobuses, al coche privado o, simplemente, a quedarse en casa. Los tiempos de un viaje Gijón-Oviedo en tren no salen. En autobús, de centro a centro, la cosa sale por media hora, que no es mala cosa; en tren sale por treinta y cinco minutos de viaje, más el tiempo necesario para llegar a la estación, mal comunicada además. Mal negocio, pues, el realizado por el ferrocarril, que, además, se ha quedado sin los dineros necesarios para hacer la estación intermodal, la cuarta en pocos años, y que va camino de tener que entrar y salir en una estación alejada del centro y de los viajeros.

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