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"La pereza es común en los negros"

Una reflexión sobre la norma de la paridad de género y la búsqueda de un sentido para todos

En lo que va de año hemos asistido a un tímido aumento de la presencia de la mujer en el quehacer literario. Han parecido ensayos, biografías, antologías y artículos donde se ensalza y rescata justamente su figura. El foco se ha dirigido hacia Nuria Espert (premio "Princesa de Asturias" de las Artes), Ida Vitale (premio "Federico García Lorca" de Poesía) o Paloma Sánchez-Garnica (premio "Fernando Lara" de Novela), por citar tres de los principales géneros literarios. La paridad es cada vez más una norma en cada vez más paisajes, ya sea desde una columna o a través de una marcada línea editorial, en el tráfico de las redes sociales o bajo el advenimiento de un nuevo emblema. Y es que cuando aún queda mucho por hacer, el pasado 17 de octubre celebrábamos nuestro I Día de las Escritoras, con un buen número de actos organizados a lo largo de todo el país. Esto, que sólo puede ser motivo de un inicio de sonrisa en nuestro presente, nos invita hacia un futuro que hay que empezar a imaginar mientras todo cambia. Soñemos, pues, sobre lo que está siendo y será la imagen de nuestro país.

A mi parecer, el machismo intrínseco de nuestro castellano se iguala al malcontinuado "os/as" de nuestra clase política; el tinte despectivo de "poetisa" (recordemos la voz "poetiso", burla hacia el hombre que compone poemas de temática femenina) debería analizarse junto a la medida de Somos Corvera, que pluraliza únicamente en femenino durante sus plenos; la equivalencia hiriente de un Donald Trump ("La pereza es común en los negros") y de toda una Ana María Shua ("Queda demostrado que los hombres no están dotados por la naturaleza para escribir literatura") sólo debe significar olvido y carencia. La inmadurez de esta lucha, durante nuestro sueño futuro, debe ser correspondida con la lógica ignorada en nuestro pasado. Como el hecho fundamental de que siempre habrá perseverantes y perezosos, al igual que grandes y terribles sobre el papel: que no suponga logro alguno demostrar la altura de un Shakespeare o una Barret Browning en cuanto a lírica se refiere, ambos en la misma escala, a la vanguardia de la belleza.

Como bien dice Sofía Castañón en su artículo "Patriarcanon" (recientemente publicado en Tribuna Feminista), "Nos hace falta un 17 de octubre porque necesitamos conocer que tenemos memoria. No se trata de recordar, se trata de descubrir. De hacernos con miradas sobre el mundo que por una cuestión de género nos han sido invisibilizadas y nos han privado, a lectoras y lectores, de enfoques, decires, ideas." En definitiva, que toda vista sea un juicio entre iguales, en busca de un sentido para todos.

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