Escribo esto mientras aún los padres de la patria están debatiendo cosas que hemos oído los pobres ciudadanos (uy, y ciudadanas) miles de veces. O sea, nada nuevo bajo el sol. Y como estoy más que harta de hablar, leer y escuchar sobre política, voy a practicar un poco lo otro que sé hacer. Ejercer mi profesión. Y ya que está plenamente de moda el hacer perfiles psicológicos de personajes por la televisión por prestigiosas psicólogas, pues yo no voy a ser menos.
Es que hay un personaje que me tiene fascinada. Pero totalmente. Se trata de él. De Pedroooooooo... Así que voy a estudiar todas las imágenes, fotos, gestos, vídeos... para poder interpretar su comunicación no verbal, que la verbal es más bien escueta: "No es no". Tres palabras que le catapultarán a los anales de la historia de España como el hombre que logró romper en dos un partido centenario. Pero veamos: Pedro es mucho Pedro, y se quiere mucho muchísimo. Es más, yo diría que se idolatra. Analicemos las dos últimas apariciones. Primero la rueda de prensa, hace ya casi un mes, cuando anunció su dimisión. Así que manos a la obra: al margen de lo que me chirriaba su lenguaje verbal (es que no soporto el "vosotros y vosotras, todos y todas, compañeros y compañeras"...), me puse a analizar su comportamiento no verbal.
Mientras iba agradeciendo y halagando a todos los periodistas y periodistos su maravillosa profesionalidad, se vislumbraba una clara agresividad contenida (sus mandíbulas apretadas le delatan, jiji), los ojos entrecerrados justo cuando dice la frase de que se siente orgulloso de ser militante socialista nos indica que está mintiendo... No se sentía a gusto con su partido y su voz decía lo que sus gestos contradecían, con unas manos entrelazadas fuertemente que indican frustración y contrariedad... El último gesto con una sonrisa forzada con las comisuras hacia abajo nos indican una fuerte ira y también decisión... Porque otra cosa no, pero él es tenaz, absolutamente tenaz, y nos estaba indicando que no creyéramos que nos íbamos a librar de él tan fácilmente. Y así fue. La segunda aparición es su entrada triunfal en el hemiciclo para la sesión de investidura. Ahí podemos ver un claro orgullo y una prepotencia que disimula tras una sonrisa radiante y dulce, una sonrisa digna del mejor de los anuncios de crema dental o de una estrella del celuloide.
Sabe que es guapo, y lo maneja perfectamente. Sonrisas seductoras en su entrada en el Congreso después de haber estado "missing" (por cierto, que casualmente fue a perderse al lugar en el que podría desarrollar su gran vocación, estrella de Holllywood), rodeado de flashes y periodistas que es lo que le mola. Y ahí se veía claramente que se sentía en su salsa, ahí su sonrisa es real, franca y retadora, porque sabe que es la estrella, el centro de la atención, que es algo que siempre ha perseguido. Saluda afectuosamente, con besos y apretones a sus fieles, pero da una mano blanda y sin vida al portavoz de su grupo? Y sigue sonriente hasta su escaño, en el que traduce claramente su desinterés por lo que decía su compañero en la tribuna, sabiendo como sabía que todos los ojos estaban puestos en él.
Pedro es mucho Pedro. Porque su puesta en escena es como un Kinder Sorpresa... Votó no en la primera y nos mantuvo expectantes para su rueda de prensa, en la que ya le vi con gesto ensayado de emoción contenida para ganarse el respeto de afiliados y afiliadas . Lo de votantes y votantas es otra historia.Como un buen guionista, lo tiene todo estudiado, la gran bomba el domingo en la Sexta, pero esta es ya otra película. Película que, por cierto, no voy a ver, porque aunque él sabe que millones de espectadores estarán escudriñando su hermoso rostro, yo no formaré parte de ellos? No seré yo quien aliente su personalidad narcisista, a mí me toca curar, no reforzar. Hala, Pedrooooooooo.
