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"Caso Gürtel": un serio precedente de cáncer social

Hace días, estuve pendiente de las declaraciones televisivas efectuadas en sede judicial por Francisco Correa como confeso cerebro de la "trama Gürtel" (aun cuando el propio investigado -o imputado- afirmó que prefería denominarlo "caso Correa" ) y reconozco haber sentido una cascada de sensaciones: Desde una enorme indignación y rechazo, a una buena dosis de incredulidad o impotencia por la naturalidad y terrible desfachatez con la que este singular personaje se dirigía al Tribunal, con la intención de "vender lo invendible" a la sala y, por extensión, a toda España. Me explico: Ante las cámaras, se presentó un individuo de buena presencia y aspecto de intelectual sobrado, que se expresaba ante el Tribunal con exquisita oratoria y que pretendía dar la impresión de no haber "roto un plato" en su vida; reconociendo exclusivamente su

responsabilidad ante las pruebas exhibidas por la fiscal Concepción Sabadell, aunque sin mostrar el más mínimo arrepentimiento. En este sentido, Correa soltó perlas como que "le han pillado con el carrito de los helados" o que "en España yo no soy el único Correa sino que hay muchos más por culpa del sistema"; dando a entender que es una práctica común poder ganarse la vida como un "facilitador de contratos" y trapichear con gestiones en la administración pública, a cambio del 2 o 3 % de comisión.

Dicho lo cual, me pregunto: ¿Cómo podemos inculcar a nuestros hijos una cultura de trabajo y de esfuerzo constante para triunfar en la vida sí, según parece, padecemos una plaga de parásitos sociales que se limitan a especular sin producir o a fomentar negocios de forma cuestionable o, incluso, ilícita para lograr grandes beneficios? A lo largo de su declaración, Correa afirmó que las gestiones se realizaron entre varios empresarios privados y el Ministerio de Fomento o de Medio Ambiente desde la sede del PP matizando que "pasaba más tiempo en Génova que en mi propio despacho" y que contó con la mediación de su socio Luis Bárcenas (tesorero del partido y Senador del PP por Cantabria durante el gobierno de José María Aznar).

Si bien Correa citó a las empresas constructoras que se prestaron a dicho proceder, se debió concretar a qué nivel de los Ministerios, y con conocimiento de quién, firmaron los contratos que les propiciaron una comisión del 2-3%. Según Correa, esta tarea fue de Bárcenas; quien, se intuye, luego desviaría el dinero a paraísos fiscales, aunque su letrado, Francisco Maroto, haya "negado la mayor" al respecto.

Más aún, atendiendo al señor "Gürtel" (Correa, en alemán, sus negocios en la calle Génova finalizaron con el nombramiento de Mariano Rajoy como Presidente del PP y, entonces, tuvo que emigrar a otros mercados como el de Valencia; donde contaba con Álvaro Pérez, conocido como "el bigotes",y su empresa especializada en organizar eventos, ya que "el bigotes" tenía buena relación con los dirigentes de la Generalitat valenciana.

Sin duda, estas declaraciones han sido un balón de oxígeno para que Rajoy lograra su investidura como Presidente del Gobierno, ya que lo exculpan legalmente aunque, a mi juicio, en ningún caso le liberan de su responsabilidad política como presidente del Partido Popular; sobre todo cuando le mandó a Bárcenas ese famoso mensaje de " tranquilo Luis, sé fuerte" porque parece llevar implícita una relación personal.

Muchos ciudadanos piensan que, al ser nombrado Presidente del Partido Popular y tener presunto (pero probable) conocimiento de esos trapicheos, Rajoy debió haber puesto el tema en manos de la Fiscalía, en lugar de mirar hacia otra parte. De ese modo, al menos, se hubiera ganado el respeto de la mayor parte de españoles (incluso de simpatizantes o votantes del PSOE) pero, al parecer, optó por pasar página y dejar transcurrir el tiempo.

Incluso más, cuando el juez de instrucción de la Audiencia Nacional Baltasar Garzón inició la investigación del supuesto ilícito penal de la "trama Gürtel", ¿cómo no recibió la colaboración del Partido Popular y, en su lugar, se permitió que fuera profesionalmente neutralizado e inhabilitado para que su labor no incomodara a ciertos poderes fácticos?

En este sentido, sus declaraciones televisivas y el contenido de su libro "En el punto de mira" (con mil páginas de extensión) confirman que fue víctima de una encerrona en la que fue procesado por el supuesto delito de interceptar unas comunicaciones entre algún recluso y su letrado aunque, según afirma, fuera con plenas garantías jurídicas; mientras que, en esa época, ello aún no había sido tipificado como delito. A la vez, Garzón cita al Partido Popular (y nos concreta en un dirigente), a ciertos miembros de la judicatura y algún medio informativo como responsables de la "cacería" que le ha inhabilitado como Juez por un plazo de 11 años; mientras, irónicamente, su sucesor en la instrucción, el juez Antonio Pedreira, aplicó disposiciones similares y jamás fue procesado por ellas.

¿Cómo se sentirá actualmente el juez Garzón al comprobar que su investigación era del todo justificada? De hecho, en su libro se cuenta lo mismo que el procesado Correa ha admitido en su juicio: la investigación del "caso Gürtel" se inició en noviembre del 2007 con una denuncia del concejal de Urbanismo del Ayuntamiento de Majadahonda, José Luis Peña, ante la UDEF y la Fiscalía Anticorrupción, en la que se aportaban grabaciones que reflejaban indicios de delito en una trama de 25 empresas (integrantes de la red Gürtel), donde destacaban Special Events, Orange Market, Pasadena Viajes y Spinaker 2.000, lideradas todas ellas por Francisco Correa con la colaboración de su brazo derecho, Pablo Crespo.

Además del trapicheo "intermediario" de contratos ya comentado y según el libro del juez Garzón, la Gürtel organizaba congresos o actos de publicidad para determinadas administraciones públicas, vulnerando el principio de concurrencia en su contratación. Más aún, en un video ofrecido por televisión se identifica a Correa como colaborador en una de las campañas electorales del PP en la época de gobierno de José María Aznar, en donde también participaba presuntamente el propio Mariano Rajoy. Supuestamente, la sociedad Spinaker 2.000 repartió a cada uno de sus socios (Francisco Correa, Luis Bárcenas, Jesús Merino, Jesús Sepúlveda y Gerardo Galeote) la cuantía de 14.000 euros con fondos del Partido Popular en concepto de beneficios por dos campañas electorales, según han publicado los medios de comunicación

En definitiva, la Justicia debe actuar con celeridad, independencia y contundencia ante esas presuntas (o ya confesas) tramas de corrupción para evitar que se extiendan a modo de metástasis de un cáncer social (casos de los ERE, Púnica, Taula, Palau, Nóos) y proliferen individuos de ínfima talla moral (como Correa), que pretendan culpar al "sistema" para justificar su censurable conducta y, encima, eludir cualquier muestra de arrepentimiento.

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