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Profesor de Geografía e Historia

Clinton y Trump

La vuelta al proteccionismo frenaría el crecimiento económico y del empleo

Ha ganado Trump/Pence (48 a 47%). O quizás más bien ha perdido H. Clinton/Kaine, quien cae mal en determinados sectores de la opinión pública -jóvenes norteamericanos, derechas europeas- porque es vista como un miembro de "la casta" o como "de izquierdas", respectivamente. Ambas cosas son muy relativas. A este lado del Atlántico no sabemos de qué se le acusa en el lío de los miles de emails. Su presidencia no tendría por qué ser como la de su marido, cada cual tiene su personalidad y tiempos distintos, características distintas. Las dos presidencias durante las cuales los EE.UU. han tenido un mayor crecimiento económico de su PIB han sido los años 80 con el republicano Ronald Reagan (1981-88) y los años 90 con el demócrata Bill Clinton (1993-2000). Al final de su presidencia, la administración Clinton dejaba la Casa Blanca con un superávit de 559.000 millones de dólares y 76% de aprobación popular. En realidad su presidencia fue centrista y eficaz. Bill Clinton es recordado por haber usado la frase "Es la economía, idiota" para criticar al anterior presidente republicano George H. W. Bush, recordando la campaña de Reagan cuando después de bajar el paro a la mitad preguntaba para su reelección a los electores: ¿vive usted hoy mejor o peor que hace cuatro años? Con Bill Clinton se impulsaron el crecimiento económico, la creación de empleo, la mejora de la sanidad y la enseñanza, y arrancó la revolución electrónica, sin meterse en guerras (Kennedy en Vietnam). Victoria de Trump y de los republicanos al Congreso y al Senado, con la percepción que China les alcanza el liderazgo económico.

Lo que cabe poca duda visto a distancia es que el candidato republicano, el millonario Donald Trump, que se ha presentado como nuevo, distinto y exitoso, no es más principalmente que un viejo charlatán prepotente. Ni republicano conservador ni demócrata liberal, mayormente oportunista y demagogo. El típico que piensa en el bar que con una copa y dos ocurrencias puede arreglar cualquier cosa de un plumazo, como si estuviera gestionando un hotel en zona turística a capricho. Significa también que el balance de Obama es menos positivo para los norteamericanos que para los europeos. Desde luego es exagerado, como le caricaturizan sus críticos, que con él de presidente venga la tercera guerra mundial o la recesión económica global, pero sí que siendo opuesto al tratado de libre comercio con Canadá y México, -y con la Unión Europea-, partidario del Brexit británico para debilitar a la U.E., y amigo del autoritario y militarista Putin en Rusia, es antiliberal, populista y nacionalista. Su política de intervencionismo, autarquía e impuestos, conllevará un freno del crecimiento económico y del empleo, de la libertad y la prosperidad, así de simple, aunque tratara de disimularlo con su verborrea de víctima de conspiraciones o atacando a un país pequeño para ganar popularidad. El triunfo de Trump puede dar alas a otros populismos en Europa, por ejemplo al derechismo de Marine Le Pen, chauvinista y anti-euro, en las elecciones francesas del próximo año. Mensaje: la culpa, ajena; el arreglo, contundente.

El discurso triunfal de Trump ha recogido los tópicos habituales: va a ser el presidente de todos los estadounidenses, hay que trabajar unidos para mejorar el empleo, las infraestructuras? volver a hacer a Norteamérica grande. Pero esconde una gran falacia populista, que las cosas que van mal, la culpa es del gobierno y hay que cambiarlo. ¿Cuándo se ha hecho Norteamérica pequeña en los últimos años? Los EE.UU. producen el 20% del PIB mundial, tienen un 5% de paro y el salario medio son 3.000 dólares mensuales. Veremos si Trump construye un muro en la frontera con México, si lo pagan los mejicanos y si ello ayuda al comercio, el empleo y la prosperidad. En Europa se ha presentado a Hillary Clinton como la candidata de las mujeres mayores, los blancos progresistas, los negros y los hispanos. Sin embargo en Florida -uno de los estados decisivos-, con muchísimos exiliados cubanos, ha ganado Trump. Ello nos induce a pensar que los electores hispanos han castigado lo que consideran permisividad de Obama y Clinton con la dictadura castrista. ¿Qué va a hacer con los impuestos o frente al terrorismo islamista? En España Jesús Gil llegó a alcalde de Marbella y presidente del At. de Madrid, y Ruiz-Mateos, tras agredir al ex ministro de Economía Boyer sacó 3 eurodiputados. Los electores pueden equivocarse, aunque deseamos acierto a los elegidos. Pero la realidad y el mundo son complejos y las soluciones simplistas y drásticas pueden ser contraproducentes. El mejor atajo es la prudencia y la eficiencia.

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