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Alejandro Ortea

Nada

No sólo el juego del Sporting es una nadería, también el Ayuntamiento tiene lo suyo

Se comenta que el día de la toma de la Bastilla, un 14 de julio de 1789, el rey francés Luis XVI escribió en su diario un escueto "Nada". Hay quienes apuntan que el monarca se refería a una partida de caza o a otros menesteres, pero el caso es que, en definitiva, el hecho no produjo en el soberano mayor conmoción en aquel momento. Después, sí que se conmocionaría. Viene este nada a cuento de lo hecho por nuestro equipo de fútbol local el pasado domingo. Quienes tuvieron la paciencia y el entusiasmo de contemplar el enfrentamiento contra los donostiarras coinciden en decir que el equipo no juega a nada o que en el partido no se vio nada. Hasta el entrenador declaró textualmente: "Hemos estado fatal. Este no es el Sporting que yo quiero ver". La cosa se movió por tanto, y al decir de legos y expertos, entre el fatal y la nada. El deseo es que el equipo remonte, que haya tocado suelo, pero los hechos, como tras la toma de la Bastilla, es probable que se compliquen según avanza el tiempo. ¿Quiere ello decir que sería una medida prudente que los dirigentes fueran buscando recambio para el entrenador Abelardo Fernández, a cortísimo plazo, y para el fidelísimo secretario técnico, Nico Rodríguez, que tan mal ojo parece haber tenido, a corto? Porque lo que no vale, si se quiere hacer algo que no sea la nada, es tomar decisiones pronto y que sean valiente, porque lo peor, el descenso de categoría, es en estos momentos una posibilidad probable. Si hay algo de hucha para fichajes en el mercado de invierno, ¿convendría aplicar parte de esos dineros a un par de ceses estratégicos en busca de un revulsivo? Lo que está claro, y es asunto clave que ha de tener el presidente de la SAD, Javier Fernández, y el resto de sus consejeros, es que lo peor de todo es la nada. Ésa sería la peor equivocación.

Hay sueltas por las consistoriales otras naderías dignas de ser mencionadas. En el orden temporal, tenemos una primera nada que es el intento de disimulo entre los foristas de la caritativa cirujana, a la sazón alcaldesa, y los de Podemos-CSI para su acuerdo presupuestario. La maniobra tienen su punto irónico: los de "Xixón sí puede" lo van a vestir de asambleas de militantes para mucho debatir y, de la nada que de ahí salga, es probable que nos vengan a contar que negociarán duramente con Foro y que le han arrancado cruciales medidas de hondo contenido social. Lo más probable es que la cosa, como en ocasiones anteriores, se negocie bajo la mesa, fuera de toda mirada ajena, y luego se venda como el acuerdo de los acuerdos y con la participación, a modo de bendición penitencial, de la militancia podemita.

La segunda nada pendiente, de considerables, es el plan urbano: no avanza, como el Sporting, y se hunde en los trámites administrativos sin remisión. Lo penúltimo ha sido que, en su afán de ordenar, se han metido en territorio portuario, concretamente en las zonas que ahora ocupan los astilleros de Armón y el Tallerón de Duro Felguera. Y la propia Autoridad Portuaria ha tenido que recordar al Ayuntamiento que la categoría prevista de "industrial transformable", es decir que pueda pasar en futuro a usos terciarios o de servicios, son "calificaciones y planteamientos urbanísticos no compatibles con la legislación vigente". Ahí les va quedando eso. Esto sucede porque las autoridades portuarias tienen sus servicios jurídicos muy atentos a lo que sucede en materia urbanística en su entorno, no en vano las ciudades tienden a rodear los puertos e ir dándoles bocados golosos. Si así no fuera, la mayoría de los puertos no habrían salido del centro de las propias ciudades que nacieron gracias a su existencia, porque no olvidemos que primero fueron los fondeaderos y de ahí a instalar en sus inmediaciones núcleos urbanos, como ampliamente demuestra la historia. Y el Consistorio de esta populosa villa marinera no iba a ser menos y para su nuevo Plan General de Ordenación pretende arrancar otro bocado a nuestro puerto. Curioso sería conocer la opinión de la corriente podemita al respecto, siempre de boquilla y hasta de violencia callejera inmersos en la defensa de lo industrial, aunque nunca, al final, de resultados presentables. Seguro que si Moriyón y Couto se lo ponen a tiro, firman el uso terciario de lo que queda de los astilleros y el Tallerón sin vacilación ni remordimiento. Como hasta ahora: total, nada.

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