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Estadísticas a la basura

La sorprendente elección de Trump, a la vista de su discurso xenófobo y machista

Lo que ha quedado más claro en las pasadas elecciones a la Presidencia de los Estados Unidos es que las estadísticas y las encuestas son una falacia y no sirven para nada, además que los comentaristas políticos, periodistas, medios de comunicación y entendidos no se enteran de nada. Es posible que los electores mientan como bellacos cuando se les pregunta a pie de urna, pero si analizamos están en su derecho porque el voto es secreto y nadie tiene por qué saber a quién votan. Muchos juegan a que sí a que no y la música en Pravia, lo que hace que los resultados sean poco claros.

He dejado pasar un poco de tiempo para reflexionar porqué sucedió semejante vuelco en las elecciones americanas. No entiendo nada, que el horror de Donald Trump -perdonen a los que ofenda pero para mí es un horror- se ha convertido en Presidente de Estados Unidos.

Mi opinión de Trump es totalmente negativa y no lo digo por las perlas que ha ido soltando a lo largo de la campaña electoral si no por la trayectoria de su vida. El prototipo del nuevo rico, hortera, ostentoso y sin valores. Cuando se casó con Ivana, por cierto checa y teniendo en cuenta que Melania, su mujer actual es eslovena se contradice un poco con su xenofobia; pues cuando se casó con Ivana, ella también era el prototipo de Choni poligonera: esos pelos imposibles, esos modelos ceñidos y escotados, esos maquillajes más sobrecargados que los de los sioux en pie de guerra, esas bodas cumbre del mal gusto. La segunda mujer, Marla Maples, también guapa artificial, más bien vulgar.

La actual y tercera esposa Melania y ahora Primera Dama no tiene más mérito que ser guapa y relativamente discreta porque cuando abre la boca la cosa es peor. El discurso que pronunció en la convención republicana de Cleveland, que fue un gran éxito, se descubrió que era una copia exacta del pronunciado por Michelle Obama en la convención demócrata de Denver en 2008.

Cuando me enteré que Trump se presentaba a la Presidencia no podía creerlo, no seguí la campaña casi nada, sólo de vez en cuando oía alguna de sus frases, machistas, xenófobas, promesas de volverse atrás de los logros que se habían conseguido sobre el aborto, la homosexualidad, la restricción de la venta de armas. Las palabras tan nefastas sobre las mujeres. La construcción de un muro entre Mexico y Estados. Chifladuras así. Todo el tiempo pensé que no iba a llegar lejos, que aquel personaje que parecía un payaso, esa cara artificial mezcla de colorada y morena de payaso, esos sortijones y las sandeces que dice. Me parecía imposible que nadie se lo tomase en serio.

Los últimos tiempos no hubo más que una campaña de descrédito contra Hillary, se la acusó de todo, hasta de ser la causante de todas las guerras en las que participa Estados Unidos y hasta de una posible guerra mundial futura. Lo que ya colmó el vaso fueron las declaraciones de James Comey, director del FBI unos días antes de las elecciones absolviéndola del "mailgate" porque la gente pensó que cuando el río suena agua lleva y los republicanos se enardecieron y fueron todos a votar. No me extraña que la pobre no quiera más que meterse en casa y no asomar la cabeza.

Resulta que ahora se empieza a decir que Trump va a ser más moderado de lo que dijo, que eso era para ganar votos. Ha elegido a Reince Priebus, jefe de gabinete, para congraciarse con el establishment republicano. Lo malo es que hay mucha gente a la que le gustaron los horrores que dijo. Me aterra pensar que hay tanta gente xenófoba, racista, sexista, machista, insolidaria en USA. Y para echarse a temblar lo primero que ha hecho nuestro pato, perdón Donald, es reunirse con Farage, el artífice del Brexit, tan racista y xenófobo como él. Después charlar con su amiguete Putin y después asegurar que expulsará unos 2 o 3 millones de inmigrantes sin papeles y con antecedentes. Horror, terror y pavor, los pelos se me están poniendo de punta.

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