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Crítica / Música | Musicólogo

Leiva, una carrera de fondo

El artista madrileño vuelve a llenar en Gijón en la presentación de "Monstruos"

Leiva es una de las figuras del momento en el panorama musical español: acaba de publicar su tercer álbum en solitario, copa portadas y páginas de revistas musicales y se encuentra inmerso en una gira por todo el país con varios llenos asegurados. Esto no tendría mayor relevancia si fuera el resultado de una apuesta fuerte y puntual de una discográfica para explotar un producto, pero el mérito de Leiva está en la aparente facilidad con la que se mantiene en esta posición; disco a disco va afianzando su carrera en solitario dejando atrás los tiempos de su masivo éxito con "Pereza". Es el tercer año consecutivo que visita Gijón, siempre agotando las entradas, y de su repertorio se han ido cayendo las canciones de su anterior grupo para incorporar las nuevas sin que el directo se resienta.

El sábado el lleno fue en el Teatro de la Laboral, más de mil personas que pagaron la entrada para ver en directo al madrileño, algo que agradeció encarecidamente en su saludo al público. No es para menos en los tiempos que corren, pero Leiva ha cuidado siempre su carrera musical en este sentido y se ha alejado de plazas mayores y festivales, que a buen seguro le han tentado en muchas ocasiones, para apostar por los conciertos a taquilla. Ha acostumbrado a su público a pagar la entrada por escuchar su música en vivo, algo habitual más allá de nuestras fronteras y extraño en nuestro país, poniendo en valor tanto su repertorio como el propio oficio de músico.

Además, Leiva ha conseguido renovar su público, el viernes la mayoría de los asistentes rondaba la veintena, una nueva generación que no vivió el efecto de aquel "Pienso en aquella tarde" que le lanzó junto a Rubén Pozo a la fama en 2003, pero que siente las canciones actuales como propias. Así, en sus conciertos no se respira nostalgia sino la energía y la efervescencia de los artistas que están en plena expansión: ovación cuando sale al escenario, público en pie y coreando desde la primera canción (no se sentaron en ningún momento) y peticiones a gritos en los bises, y aunque hubiera tocado diez propinas seguirían pidiendo títulos. Desde el escenario llega complicidad y buen rollo entre los músicos, con una puesta en escena curada al detalle, desde la iluminación hasta las coreografías de la sección de viento metal.

En lo estrictamente musical, Leiva ha conseguido un estilo propio que va más allá del "grano" característico de su voz; ha logrado combinar el rock y el pop a la perfección poniendo el énfasis en las melodías que llegan a los estribillos sonando como himnos y vestidos con una contundente instrumentación que cuenta con set de percusión, trompeta, saxo y teclados, además del habitual combo de guitarras, bajo y batería. Leiva es un gran compositor de canciones, un artista con un lenguaje depurado en el que se atisban ingredientes de soul, de rythm & blues y, sobre todo, de pop y de rock (tanto del sureño como del stoniano) y eso le vale el respeto de la crítica y del público. El resultado está ahí, lanzó su disco a finales de agosto y muchas de las canciones que tocó en directo eran coreadas como clásicos. Un éxito trabajado y merecido.

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