La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Profesor de Geografía e Historia

Neciocracia

Una mejor sociedad del bienestar precisa una política económica más eficiente

¿Adónde va Europa? Después de las sorpresas del triunfo del Brexit en el Reino Unido para abandonar la Unión Europea, y del candidato republicano Donald Trump para la presidencia norteamericana, tildado en Europa de populista de derechas, hemos asistido al triunfo para las próximas presidenciales francesas (con el derechista y nacionalista Frente Nacional al acecho), en las primarias del centro derecha francés del candidato Fillon, liberal en lo político y conservador en lo social. Quiere bajar el gasto público del 57 al 50% del PIB. Esto de ser conservador o reformista no es bueno ni malo en términos absolutos: habrá que analizar qué hay que conservar, y qué hay que cambiar. Este domingo 4 de diciembre tendrá lugar el referéndum italiano. Apuntan que por si gana el "No" al proyecto de reformas gubernamental y la inestabilidad, el BCE tiene preparados 80.000 millones de euros para intervenir. ¿Pero cuál es más populista, las reformas, la oposición anti-europeísta o la intervención financiera europea masiva? Entre las reformas están la eliminación del Senado y regiones, bajadas de impuestos y subida de pensiones. Europa debe reafirmar sus banderas: la libertad y el pluralismo, la prosperidad y la solidaridad. En una época de predominio de lo audiovisual e inmediato, a través de las televisiones, redes sociales y prensa, es importante no dejarse llevar por cualquier titular sensacionalista y etiquetas superficiales no comprobados. Ahora se habla de post-verdad, cuando después del rumor extendido resulta que era exagerado o falso, en realidad deberíamos llamarlo por tanto post-mentira. Y la vacuna no puede ser otra que contrastar la información, desde una mentalidad crítica y constructiva.

El Estado español ha inyectado un total de 57.994 millones para dotar de liquidez a Cataluña desde el año 2012. Esto supone el 30 por ciento de los 191.376 millones de euros que ha destinado al conjunto de las CCAA a través de los mecanismos extraordinarios de liquidez. A pesar de ello desde que los nacionalistas de Artur Mas -tan patriotas que tienen los millones propios en Suiza y Panamá- tomaron el mando, a finales de 2010, la deuda neta de Cataluña se ha doblado hasta alcanzar los 75.000 millones de euros (36% de su PIB). Esto ha provocado que la Generalitat no pueda financiarse en el mercado internacional de capitales, sus emisiones de deuda son consideradas por todas las agencias de calificación como 'bonos basura', y tiene por lo tanto que pedir ayuda un año sí y otro también a la España que le 'roba', según la propaganda secesionista reiterada. Es decir, si Cataluña se independizase de España en 2017, como quieren los anticapitalistas de las CUP izquierdistas, Cataluña quedaría en una situación de quiebra técnica parecida a la de Grecia, que ha tenido que ser rescatada financieramente por la Unión Europea tres veces, cada rescate por importe de varias decenas de miles de millones de euros. Qué bonito es prejubilarnos antes que nadie, gastar proporcionalmente más que nadie, lo pagamos con el dinero que nos prestan los alemanes a interés casi cero, luego decimos que no podemos devolvérselo, y de paso les llamamos fascistas y neoliberales si nos dicen que debemos poner nuestras cuentas en orden.

Otro concepto polémico a propósito de la evolución económica reciente en España y Europa es el de "austericidio", refiriéndose a que la política de reducción drástica del déficit presupuestario anual, y por tanto de la deuda pública acumulada como suma de esos déficits anuales, ha sido contraproducente para combatir la recesión y remontar el crecimiento económico y del empleo. Aunque sea fácil echar la culpa de nuestros defectos a los demás, como lo es para el equipo que pierde el partido señalar el error del árbitro, lo cierto es que primero Bruselas nos ha permitido -acertadamente- relajar el calendario de cumplimiento de los objetivos de déficit. Y segundo que la reducción del déficit presupuestario anual está siendo escasa (unas décimas menos en 2016 sobre 2015), a pesar de varios años ya con la economía española creciendo en torno al 3% del PIB, con lo cual se están recuperando los ingresos. Así pues sigue fallando el capítulo de los gastos, ese que es más impopular de abordar dado que es imposible acometerlo en algún apartado significativo y al mismo tiempo contentar a todos. ¿Es cierto como circula por Internet que en España hay unos 40.000 asesores de políticos, cobrando sueldos públicos? Si para gestionar un tema un político necesita un asesor que plantee, cuando surja un problema, que los técnicos deben elaborar un plan para resolver el problema, entonces una de dos: o sobra el político o sobra el asesor. Concretar las directrices de esos planes es lo que se llama programas; lo contrario, "Neciocracia".

Compartir el artículo

stats