Nos ha golpeado en el arranque de este 2017, la súbita desaparición del profesor José Luis García Rúa. Filósofo mundano, maestro de generaciones, despertador de conciencias y referente del pensamiento libertario y de la lucha contra el fascismo. Los clásicos ya nos advertían que la vida de los seres humanos puede ser efímera, pero sus obras, aquello que defina a cada cual, pueden perdurar sin marchitarse. La vida de Rúa fue larga, pero no perdió jamás ni un ápice de compromiso. Compromiso que arrancó en la noche oscura del franquismo, y que continuó después, pues para Rúa la libertad se construye cada día en la búsqueda de la utopía, y no se verá colmada en tanto que la dominación y desigualdad sigan imperando en el mundo.
Rúa siguió la estela de la Institución Libre de Enseñanza, de Ferrer Guardia y de la Escuela Neutra de Eleuterio Quintanilla. Este último ejerció inspiración directa sobre Rúa, y sus planteamientos tuvieron enorme peso sobre la famosa Academia de la Calle Cura Sama. Rúa, que había logrado cursar estudios universitarios de filosofía, a pesar de proceder de una familia obrera y republicana, renunció a una prometedora carrera académica para embarcarse en este proyecto. Se trataba de una iniciativa de educación popular, enfocada a difundir el conocimiento y la cultura como armas de liberación, y a promover una forma de enseñanza horizontal.
La Academia Cura Sama, por la que pasaron buena parte de los referentes de las izquierdas y del antifranquismo asturiano, dejaría una formidable impronta sobre el movimiento asociativo gijonés, que florecería en los años sesenta y setenta. La Asociación Gesto, la Sociedad Cultural del Natahoyo, la Sociedad Cultural de Pumarín? y desde 1968 nuestra propia entidad, la Sociedad Cultural Gijonesa continuaron el espíritu de la Academia de Rúa. Por Cursa Sama pasaron, entre otros, Agustín García Calvo, Luciano Castañón, Alfonso Sastre o Gustavo Bueno, ofreciendo charlas coloquio (fórmula entonces innovadora), que se combinaban con todo tipo de talleres y enseñanzas.
La semilla de libertad y compromiso plantada por José Luis García Rúa, y tantas y tantos otros, no ha dejado de germinar atizando el espíritu crítico de nuestra Ciudad y de toda España. Rúa fue también un destacado dirigente de la CNT y un sugerente filósofo; pero por encima de todo, ha sido un hombre y un maestro empeñado en demostrar que el corazón de la sociedad es la fraternidad, la igualdad, y el anhelo de libertad.