Uno de los grandes asuntos pendientes para este 2017 es el de los trenes en Gijón y Asturias. A casi todos los políticos se les llena la boca de declaraciones grandilocuentes sobre el área central metropolitana, la contaminación atmosférica y la urgencia de tener un gran AVE por Asturias. Sucede que mientras proclaman sobre si se van a gastar 1.000 millones de euros (para ahorrar 10 minutos de viaje), tenemos la red de Cercanías en franca decadencia. Las líneas de ancho métrico (antigua FEVE) han pasado de 4.9 a 2.1 millones de usos de 2005 a 2015, mientras las de Cercanías Renfe han caído de 8.5 a 5.1. Para una inversión conjunta de 22 millones en 2012 en 2015 se presupuestaron 7.5 y según informaba LNE (21 de febrero de 2016) finalmente se invirtieron solo 2 millones de euros. Las líneas de tren de Cercanías contribuirían a vertebrar el área central asturiana, combatir la contaminación y son mucho más baratas que el AVE, del que no son contrapuestas sino complementarias, pero a día de hoy estos recorridos son más lentos que el caballo del malo al final de la película, y están hambrientos de inversiones.
Y mientras siguen en la subasta de que uno es muy guay porque exige que acaben el túnel de la variante del AVE de Pajares este otoño del 17, y otro más guay porque exige que lo inauguren este verano del 17, -por supuesto si lo inauguran en 2018 mejor que en 2019-, seguimos sin tener noticias de los calendarios y los presupuestos para abrir el túnel del AVE, para mejorar los Cercanías y para resolver el Plan de Vías gijonés. Hay trayectos de Cercanías que tienen más paradas en apeaderos sin viajeros que agujeros un colador: ¿por qué no aumentan las líneas semi-directas y paradas facultativas? ¿Por qué no usan el by-pass construido de El Berrón? ¿Por qué no plantean conectar la línea del tren con el aeropuerto que está a 2 kilómetros? ¿Por qué no empiezan a construir el AVE asturiano desde Gijón a Oviedo, resolviendo la curva de Veriña, donde el Alvia va a 30 por hora, y la curva en herradura de Villabona? Asturias no puede permitirse seguir al margen y perder el tren de la recuperación económica.
En cuanto al Plan de Vías de Gijón, si sacan a subasta dos grandes parcelas, para con lo obtenido para pisos financiar la estación intermodal y las vías del "Metrotrén", y la subasta queda desierta, parece lo lógico no calcar el procedimiento, sino subdividir los terrenos del "Solarón" en cuatro parcelas medianas para facilitar su adjudicación. También hay quien se empeña en que todo esté lo más soterrado posible, lo cual es más caro y más incómodo. Para viajes a larga distancia se suele ir con maletas, con lo cual a mayor profundidad de la estación, más incomodidad para los viajeros. Respecto al trazado entre Justo del Castillo y Cabueñes, que el tren vaya subterráneo a 60 por hora -pues no tiene espacio y tiempo para acelerar más- en vez de en superficie a 50, apenas ahorra unos segundos y triplica el coste. Además un tranvía en superficie, separado de los carriles para coches, por el entorno de la Universidad Laboral tendría un gran atractivo turístico. Dejemos los cuentos de la lechera y vayamos a las obras reales de una vez.
