Con un retraso de años se han iniciado las obras de reforma de la calle del Marqués de San Esteban. Con puntualidad británica han aparecido las primeras quejas vecinales. Los vecinos y los comerciantes se quejan de la estrechez del paso vallado y de los malos accesos, de falta de información y de planificación municipal. Las obras públicas siempre provocan molestias al vecindario, pero son necesarias y la ciudad nota la mejoría cuando llegan a su fin. Sucede que en los últimos tiempos, por razones que se desconocen pero que se intuyen, en Gijón no hay obra sin quejas, sea donde sea, en el centro, en los barrios o en la zona rural. Los responsables municipales harían bien en afinar la información a los afectados y al resto de la ciudadanía. No es de recibo que sean los profesionales de las obras los que tengan que informar sobre los detalles más importantes de las mismas. La calle del Marqués de San Esteban es el último ejemplo.