La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Musicólogo

Jazz destilado y con sello personal

A pesar de su juventud, en la música de Albert Vila se percibe la experiencia de una vida dedicada a explorar diferentes lenguajes en la guitarra. Este músico barcelonés cuenta con una trayectoria llena de paradas (Ámsterdam, Nueva York, Bruselas?) en las que ha tenido la oportunidad de trabajar y aprender junto a músicos de estilos y lenguajes muy dispares. Su carrera como artista está llena de éxitos y cuenta ya con cuatro proyectos discográficos editados. El pasado miércoles llegaba a Gijón para presentar el último, "TheUnquietSky" (FreshSound New Talent, 2016), en el ciclo "Jazz en el centro" y con el salón de actos del Antiguo Instituto completamente lleno.

No es para menos; este trabajo fue grabado en Nueva York con grandes nombres del jazz internacional, como AaronParks, Jeff Ballard y Doug Weiss, y a las buenas críticas que ha recibido el disco hay que sumar las que ha cosechado la gira de presentación que acaba esta misma semana en Barcelona. Para el directo, Vila ha contado con tres músicos de excepción: Shai Maestro (piano), MarkoLohikari (contrabajo) y Marc Miralta (batería); un cuarteto que llegaba a Gijón rodado y con la compenetración que precisa la música llena de detalles que ofrece Vila en "Te UnquietSky".

Durante una hora, este cuarteto fue hilvanando una conversación musical en la que hubo espacio para todo: momentos de sosiego, pasajes de gran intensidad, monólogos en forma de solos? La buena disposición de los temas en el repertorio hizo que el concierto fuera algo más que un recital; cada pieza sonó en el momento apropiado para construir una atmósfera que acabó por atrapar a todos los presentes. La música de Vila es difícil de catalogar, porque encierra una gran cantidad de elementos que aparecen esbozados, como fruto de un proceso de asimilación y destilado a fuego lento: pasajes con sabor a blues en fraseos retardados, progresiones armónicas del jazz moderno, ostinatos propios del soul, pasajes vibrantes del bop? todos estos lenguajes aparecen solo sugeridos y lo hacen para desarrollar motivos melódicos imaginativos, a veces sorprendentes, sin ser rebuscados.

Sin duda el cuarteto ha llegado a Gijón en un buen momento, y eso propició que los diálogos entre instrumentos fluyeran a la perfección. En este sentido, también fue fundamental el cuidado del timbre, que podemos definir en general como cálido, tanto por la ecualización de la guitarra, como por los colchones de los platos en la batería o los patrones constantes del contrabajo. Las dinámicas jugaron un papel relevante a la hora de destacar o hacer pasar desapercibidas notas y acordes tanto en la guitarra como en el piano. Vila sabe mantener la atención del público con su música, jugando con la expectativa y los contrastes, deteniendo el tiempo tanto con fraseos largos como con reiteraciones de notas y motivos, apostando unas veces por la melodía y otras por las atmósferas. Y el resultado es una música original y atractiva que le sitúa con un estilo propio dentro del panorama jazzístico actual.

Compartir el artículo

stats