Según la RAE, el podólogo es el especialista en podología, siendo ésta la rama de la actividad médica que tiene por objeto el tratamiento de las afecciones y deformidades de los pies.

Somos el único profesional sanitario especializado no sólo en el tratamiento íntegro del pie, pudiendo realizar cualquier tratamiento quirúrgico, sino también con competencias para diagnosticar y recetar.

Aún en la actualidad, gremios como el nuestro o el de fisioterapeutas, tienen graves problemas con el intrusismo laboral. Personas que carecen de cualquier tipo de titulación universitaria y de control sanitario, tienen la poca ética de engañar a sus pacientes atendiéndoles en clínicas piratas, sin ningún control por parte de la Administración y con el total desconocimiento de sus clientes, que son los únicos que podrían denunciar a los órganos competentes la existencia de estos centros.

Cuando acudamos a cualquier especialista sanitario, el podólogo es uno de ellos, tenemos que fijarnos en una serie de cosas que nos permitirán asegurarnos de que nos encontramos en un centro con todos los permisos y controles exigidos.

En primer lugar, debemos comprobar que cuenta con un registro sanitario, muy importante, ya que nos permitirá saber que esa clínica está bajo un control sanitario.

En segundo lugar, la clínica debe presentar rótulos identificativos e informativos en el exterior, para informar de los tratamientos que realiza o la especialidad a la que se dedica.

Y por último y más importante, el especialista debe contar con la titulación universitaria correspondiente.

Acudir a estos centros que carecen de licencias no sólo pone en peligro nuestra salud, sino que también afecta a toda la sociedad, ya que favorece el fraude fiscal al no pagar ningún impuesto ni tributar por los ingresos.