Ahora hace 100 años, España en 1917 sufría una triple y grave crisis regional, política y socio-económica reinando Alfonso XIII, bisabuelo de Felipe VI, durante el ocaso de la Restauración canovista. El problema militar tenía una doble vertiente, las Juntas de Defensa, a modo de sindicatos descontentos, por sueldos y políticas de ascensos favorables a los destinados en Marruecos, y la propia guerra en el Rif, norte montañoso marroquí. Los regionalismos centrífugos, con especial incidencia en Cataluña y País Vasco, con la convocatoria en Barcelona de una asamblea de parlamentarios de oposición, incluyendo a nacionalistas, republicanos y los socialistas que por aquel entonces eran marxistas. Y con el auge, en paralelo al crecimiento de la industrialización, del movimiento obrero revolucionario, y una huelga general (el año del triunfo bolchevique en Rusia). Así que cada época tiene lo suyo, sus circunstancias y con ellas sus desafíos y sus respuestas, con avances significativos y problemas pendientes.
En la España actual de 2017 los problemas militar y religioso están encauzados. Se sobrentiende que el ejército debe encargarse de la defensa y no de las políticas de gobierno, que hay separación Iglesia-Estado y libertad religiosa, excepto para laicistas extremistas. No tanto la relación con Marruecos. A corto plazo por la creciente inmigración, buena para la población activa, que podría desbordarse, y a medio plazo por la probable reclamación de Ceuta y Melilla, posible Canarias, y acaso Andalucía por los islamistas. El nivel de vida ha aumentado mucho. A principios del siglo XX más del 50% de los españoles eran campesinos y en torno a un 50% analfabetos. En 2017 la edad media al morir es de 83 años y la riqueza por persona de 25.000 euros anuales. Al caciquismo le ha sustituido la partidocracia, y hay numerosos escándalos de corrupción. Pero ahora el mayor desafío es la cuestión regional; ahí tenemos a los independentistas catalanes queriendo convocar este año un referéndum para la secesión unilateral.
Dice Pedro Sánchez, que se postula para liderar el PSOE, que hay que cambiar la Constitución para definir a España como plurinacional. En tiempos de los Reyes Católicos, luego mitificados por la historiografía franquista, se hablaba de Las Españas en plural. Ortega decía que en aquel tiempo España no era culminación, sino proyecto de colaboración para construir algo más grande y mejor. Hoy el proyecto es la Europa libre y próspera. Los independentistas no se van a conformar con algún artículo, competencia o millón más, quieren su cortijo; son la vuelta al carlismo y al feudalismo. En cuanto a la EBAU (Selectividad) en Asturias, en Historia de España a medio curso nos confirman el cambio respecto a años anteriores, en esta ocasión entra desde Atapuerca hasta hoy en una asignatura con 3 horas de clase semanales en vez de 4, y acabando el curso a principios de mayo. Imposible abordar todo con suficiencia. Pero no entremos en crisis. Simplemente la enseñanza es otra asignatura actual pendiente.
