Los problemas que están planteando en toda Asturias los jabalíes son más graves de lo que se pensaba. La autorización oficial de caza "sin límites" en los cotos para frenar la gran manada, porque esto ya es cuestión de una gran manada, es una prueba de que los habitantes de las zonas rurales de la región y los de las zonas rurales cercanas a las ciudades son unos santos que protestan lo mínimo. Se permite también el uso de perros para levantar no la liebre sino el jabalí y poder abatirlo con mayor facilidad. Al paso que va la región, algo parecido van a tener que hacer las autoridades del ramo con los lobos. Los tres ejemplares aparecidos muertos en los últimos días son la muestra de que en el rural asturiano la paciencia se está terminando. Es complicada la mezcla de la defensa de las especies salvajes con los daños que causan en ganaderías y fincas agrícolas. Tan complicada, que se autoriza la caza "sin límites", una medida a la desesperada.