Las gentes de Gijón están, gracias a Dios, a sus cosas, que son de lo más variado. Mientras, los responsables políticos de la ciudad están enfrascados únicamente en números. No hay otra cosa para la municipalidad que números, como si una ciudad viviera sólo de las cuentas. Lo que cuesta municipalizar este o aquel servicio, los dineros que no vienen del Principado, como si vinieran muchos del Gobierno central. Muchos números, pero ninguna idea que dé un nuevo impulso a este Gijón que parece apalancado en pasados tiempos mejores, pero que no ve por ninguna parte a algún responsable que le marque un nuevo horizonte. Hay asuntos varios enquistados, y no precisamente por culpa de los números, sin que el ciudadano sepa por dónde van a salir para dejar atrás la parálisis que se detecta cada día en cada calle y en cada comparecencia pública de tantos que se dicen políticos.