Hay quienes dicen que no hay nada tan efectivo para ayudar a moldear un cuerpo como unas buenas manos. Pero también hay quienes prefieren la tecnología y todas las máquinas que existen en el mercado para conseguir ese objetivo. Así que la pregunta es, si tuviera que quedarme con una sola cosa, qué escogería: ¿manos o aparatos? Y, aunque la respuesta es complicada y está llena de matices, verdaderamente me quedaría con la combinación de ambas cosas.

No obstante, he de señalar que la efectividad de los tratamientos corporales con máquinas es asombrosa, así que teniendo en cuenta exclusivamente este criterio, me tendría que decantar por estas. Aunque, como profesional de la belleza y la estética, siempre he apostado por la tecnología y la innovación, tampoco me he olvidado nunca de la parte manual.

¿Qué hacen las manos que no puede hacer una máquina? ¿Por qué no deben faltar en un tratamiento? Pues las manos sienten y ven y, en el caso del cuerpo, muchas veces ven más que los propios ojos. Esto hace detectar las zonas más problemáticas y también evaluar cómo evolucionan. Otro aspecto muy importante que debemos tener en cuenta es la parte del bienestar que provocan. Me refiero al aspecto relajante, a pesar de que hoy en día existen bastantes sistemas que son también muy agradables, pero el placer que proporciona un buen masaje sigue siendo indiscutible.

Y, por el contrario, ¿qué hacen las máquinas que no pueden hacer las manos? La respuesta es que pueden hacer mucho. Hay equipos que tienen capacidad de aspiración, por ejemplo, y hay tejidos que requieren ese efecto para despegar, oxigenar... También pueden reafirmar la piel, como una radiofrecuencia, o tonificar el músculo, como la electroterapia, o incluso movilizar grasa, como en el caso de un ultrasonido.

Un tratamiento de belleza no debería olvidarse de las técnicas manuales. Un ejemplo concreto: soluciones para la flacidez corporal. Vamos a concretar un poco más el uso de este binomio en un tratamiento concreto para la flacidez corporal que sigue esta línea: tratamientos RF/7 de Matriskin. Me gustan, primero, por la efectividad de los productos que se emplean, cosméticos con activos patentados de alta calidad, y, en segundo lugar, pero muy importante, porque los protocolos de trabajo permiten diferenciar el tipo de flacidez con la que nos encontramos, y por tanto ser más efectivos.

Dentro de los tratamientos para la flacidez de los que estoy hablando, podemos distinguir si a esa flacidez se le unen depósitos de agua y grasa, en cuyo caso nos interesa hacer un "efecto secado"; si la flacidez se acompaña de piel desvitalizada, estriada y envejecida, lo que llamamos "efecto rotura", o si es una flacidez clásica del proceso de envejecimiento, la piel caída, es el "efecto gravedad".

Los tratamientos RF/7 combinan trabajo manual con terapia led, potenciando así sus resultados. Usamos luz roja led para estimular los fibroblastos, que a su vez fabrican más cantidad de fibras de colágeno y de ácido hialurónico. Esto se traduce en una piel más elástica, que recobra tono porque se contrae.

Una a puesta segura contra la celulitis: sistema Bioslimming. En el caso de la celulitis, me decanto por este sistema porque es espectacular en el tratamiento de la celulitis, pero es que además me permite trabajar sobre la grasa localizada y sobre la flacidez al mismo tiempo, ya que en el caso de esta, todo lo que se haga es poco porque estamos luchando contra el paso del tiempo para intentar envejecer mejor.

Bioslimming emplea una cosmética muy potente y efectiva, y, además, en este caso, nos apoyamos con la presoterapia, que actúa simultáneamente con la envoltura. Me gustaría destacar que Bioslimming lleva tres años consecutivos ganando como "mejor tratamiento remodelador del cuerpo", considerado por los profesionales de la estética.

Como profesional, os lo aconsejo. Todavía estamos a tiempo de empezar un tratamiento de este tipo antes del verano.

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