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A la caza y captura

Cristina Cifuentes, una política valiosa en el punto de mira

Esta vez en la manía de la caza y captura le tocó el turno a Cristina Cifuentes. Primero fue Rita Barberá, a la que consiguieron matar a disgustos, una mujer valiosa que había conseguido mejorar Valencia y convertirla en una ciudad del futuro y con futuro. Que si le regalaron unos bolsos de Loewe y a partir de ahí le achacaron de todo, la mayor parte de las cosas sin probar, pero se abrió la espita y nunca se sabe dónde llega ese pozo negro. Ella se defendió como una leona pero no le sirvió de nada para que ahora manden en esa ciudad las joyas de Compromis-Podemos con su alcalde Joan Ribó Canut, nacionalista a tope.

Segundo fue Esperanza Aguirre, echándole porquería encima desde que asomó la cabeza en la política hasta que consiguieron echarla. Y por si acaso se le ocurre volver, siguen acusándola de todo, uniendo su nombre a cualquiera que sea sospechoso de cualquier desmadre.

Y ya van dos mujeres valiosas que hicieron muchas cosas por nuestro país y podrían haber seguido haciendo muchas más. Pero eso no es suficiente, ahora le toca el turno a Cristina Cifuentes, una mujer intachable, eficiente, valiosa que ha trabajado por España y por Madrid con ahínco. Licenciada en derecho, máster en Administración Pública y Dirección de Empresas, pertenece por oposición al Cuerpo de Técnicos Superiores de la Universidad Complutense de Madrid. Todo ello demuestra que se molestó en prepararse bien para cualquier trabajo posterior. Se declara liberal y agnóstica, fue muy criticada por esto porque ella misma confiesa que pone la casilla de la Iglesia en la declaración de la renta, lo cual me parece completamente lógico porque cree como muchos de nosotros que aunque seamos agnósticos la Iglesia ahora está gestionando mejor el dinero para resolver las necesidades de los ciudadanos que el Estado desde Cáritas y otras organizaciones.

Empezó en la política con Alianza Popular, fue diputada del PP, Delegada del Gobierno, y ahora Presidenta de la Comunidad de Madrid y Presidenta del PP de Madrid. Ha sido y es una buena política aunque se le ha atacado por todos los frentes. Su marido, el arquitecto Francisco Javier Aguilar, tenía un estudio de arquitectos que quebró cuando la burbuja inmobiliaria porque varias empresas constructoras no le pagaron sus encargos.

Tuvo que cerrar e indemnizar a sus empleados, uno le denunció y no pudo pagarle, ahora está pendiente que le paguen para zanjar sus compromisos, fue considerado en paradero desconocido, pero estaba perfectamente localizable en su casa. Todo esto se le echó encima a Cristina y se decía que dormía con un prófugo de la justicia, mentira cochina. Vive de alquiler. No tiene dinero escondido ni posesiones. Cuando era delegada del gobierno se le achacó que amparó la mayor brutalidad policial contra los manifestantes sin mencionar que fueron las manifestaciones más violentas y agresivas en años. Todos vimos a policías en el suelo con manifestantes facinerosos dándoles patadas y manifestantes rompiendo todo lo que encontraban. Yo me alegré de que hubiera una policía que actuara como debía y una Cristina Cifuentes que amparaba a los ciudadanos de a pie.

Antes de comenzar su andadura como presidenta de la Comunidad de Madrid tuvo que soportar innumerables sesiones con Ciudadanos y acatar casi todas sus exigencias, algunas buenas y otras menos. Está haciendo una estupenda labor pero, claro, no se puede soportar una mujer poderosa, eficiente, trabajadora, que se deja la piel en su cargo. Y empieza la maledicencia, el dejar caer basura que algo queda, el sembrar la duda.

El juez Velasco vio indicios de la implicación de Cifuentes en la Púnica y avaló el informe de la UCO de que podría estar implicada en las adjudicaciones, pero ¡oh, milagro! el 6 de marzo admitió que faltaba un dato determinante para implicarla que no existe y entonces dijo que ella estaba en el lugar del delito pero no participó. Mientras tanto su buen nombre, por los suelos. Podemos aprovechando la coyuntura y con el apoyo de CC.OO. presenta una moción de censura contra Cristina Cifuentes. No hay nada sagrado y si eres mujer y vales échate a temblar.

Por último para acabar de coronarla, Pedro Sánchez gana las Primarias del PSOE -yo no doy crédito pero ya me lo temía porque como ya no entiendo nada...-. Todos sabemos que si se vota a Pedro Sánchez se está votando a Podemos y a los nacionalistas y separatistas catalanes, valencianos y vascos. A la división o desaparición de España. A unas buenas relaciones con el mundo. A la desaparición de nuestra lengua en una gran parte del país. A la falta de responsabilidad, al incumplimiento de las normas, al capricho de unos niñatos mal educados que creen que ir peinados con greñas y vestidos de cualquier manera en el Parlamento y actos oficiales es fetén porque confunden churras con merinas. A cualquier entendimiento con la mitad de los españoles aunque sea por el bien común. Qué mal me siento.

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