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La apretada agenda de una ancianita

Los achaques de la edad no impiden disfrutar de las cosas buenas de la vida

Estoy hecha una ancianita "handicapada", lo cual quiere decir que no me cabe un dolor más en el cuerpo. Un día amanezco con un dolor nuevo que en vez de desaparecer, aquí queda y al que se une otro dolor que me aparece al día siguiente. Resulta que al final no tengo una enfermedad gravísima pero tengo un montón de ellas que me impiden muchas cosas de las que quiero hacer. "Porca miseria" (lo digo en italiano porque me queda más fino).

Aparte de las maravillas que te adornan cuando vas cumpliendo años, léase arrugas, michelines, todo eso que se cae y no debiera, desde hace un año tengo unos dolores de piernas terribles, con lo cual camino cada vez peor, eso sí con mi elegante bastón. Y me da rabia cuando veo a esas personas de mi edad y condición, por ejemplo mis hermanas, mis primas corriendo como gamos y yo detrás echando el bofe... me salen unas cuantas palabras malsonantes que procuro pronunciar por dentro.

De todos modos procuro no rendirme del todo y sigo haciendo cosas y divertiéndome mientras tanto. Eso sí, necesito ayuda muchas veces. Este fin de semana pasado estuve en Madrid, se celebraba el 80 cumpleaños de mi prima Luchy, una prima muy querida y de las mujeres más buenas que he conocido. Sus hermanos y sus hijos le hicieron una magna fiesta para celebrarlo como se merece y ahí contribuimos las hermanas Álvarez-Buylla Bustillo, que nos consideramos casi sus hermanas. La celebración era en Valdemorillo en la finca que posee el primo Gerardo Pardo, uno de los hermanos de Luchy. Un lugar delicioso, el marco adecuado para este tipo de fiestas que siempre está a nuestra disposición gracias a la generosidad de Gerardo y su mujer, Yolanda.

A mí se me ponían los pelos de punta ir a Madrid con el calor que estaba haciendo, yo que no soporto el calor, con las piernas a la virulé y el cansancio que arrastro, pero no podía faltar, he conocido a Luchy toda mi vida, he vivido cerca de ella muchos de sus avatares, una mujer a la que la vida no trató muy bien, que le ha pasado de todo pero que siempre ha levantado cabeza, ayudando a sus hijos y nietos en todo momento. Una joya de mujer, una costurera primorosa, una cocinera excepcional, que ha trabajado en caterings en estos últimos años de su vida, que ha ayudado a su hija en el restaurante "Alma", haciéndoles las tartas y enseñando a confeccionar sus platos estrellas a los cocineros.

No me he arrepentido ni un momento de haber ido. La fiesta fue entrañable, yo creo que Luchy disfrutó muchísimo, la comida fabulosa y pude volver a ver a muchos de los primos a los que veo poco y conocer a sus hijos. Además nos vinimos para casa con el libro de recetas de Luchy, que se editó para la ocasión.

Además fue un fin de semana familiar, estuve con mis hermanas Lucía y Susana que me cuidaron como oro en paño y como siempre analizamos nuestras vidas, nuestra infancia, nuestras trayectorias. Me alojé en casa de Lucía, que siempre es un placer y la anfitriona perfecta. Y volví a Gijón renovada.

La semana pasada fue la merienda dedicada a Manos Unidas, esta vez no trabajé nada como otras veces, sólo hice propaganda y ayudé en lo que pude. También me daba pereza ir porque tenía las piernas fatal pero después además de disfrutar por contribuir a un proyecto muy necesario en Africa, estuve con gente que no veía hace mucho tiempo y disfruté muchísimo.

Esta semana que no tengo nietos porque están todos pasando unos días juntos en Conil -eso me encanta que estén todos juntos y disfruten juntos- me dedicaré a vaciar armarios porque viene mi hijo Tito con Elena, Ana y mis nietos americanos Alex y Nick a casa y yo a disfrutar con ellos, a intentar que vuelvan a acordarse de mí porque no les veo en todo el año y eso me duele muchísimo. Intentaré olvidarme que se marchan pronto y a pasarlo bien con ellos, a recordarles que pueden sentirse orgullosos de su parte española, a volver a contarles historias de la familia, a ayudarles con su español.

El verano es un poco frenético para mí: en agosto vienen parte de mis primos Bustillo e hijos a visitar la exposición de fotografías de nuestro abuelo Gerardo en el Museo del Pueblo de Asturias y hay que organizar comidas y reuniones. Vienen mis sobrinas, una de Londres y otra de Italia con sus niños y más festejos.

Bueno, cuando me cansé me sentaré y descansaré, pero disfrutaré de todos modos viéndoles pasarlo bien. Se pueden hacer muchas cosas a pesar de estar un poco disminuido.

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