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Crítica / Arte

Ángel Marcos: el desorden establecido

Un centenar de imágenes que suponen una apuesta por la vida frente a la sociedad de consumo

Estamos ante Ángel Marcos (Medina del Campo, 1955), artista y fotógrafo profesional con unas 60 exposiciones individuales durante las dos últimas décadas, celebradas en ciudades del mundo entero, como Nueva York, Viena, Venecia, Bruselas, Miami,La Habana, Turín, Toronto, Dublín, Caracas, Trieste y Pekín. En España ha expuesto en Madrid, Salamanca, Barcelona, Zaragoza, Valencia, Vitoria, La Coruña, Valladolid, Arrecife (Lanzarote), Soria y ahora en Gijón.

En la Capilla de la Trinidad del Museo Barjola, cuelgan a tres alturas 68 grandes fotografías a idéntica doble cara, o sea, visibles por el derecho y el revés, suspendidas de dos tenderetes rectangulares construidos con listones de madera e iluminados mediante fluorescentes, el uno con la parte larga mirando a la entrada y el otro perpendicular al primero y paralelo a la pared del fondo. A esto habría que añadir las alfombras del suelo y otros objetos como un calendario, una silla y una jaula. Llegaríamos a más del centenar de imágenes si contamos también las repetidas fotos de jaulas con periquitos en la pared izquierda del hall de entrada. Acompañan a esta instalación trinos de pájaros y tonadas de cante flamenco que suenan a esperanza y alegría.

Antes de continuar, es el momento de presentar el pensamiento y trabajos de Ángel Marcos, elementos necesarios para situar y comprender su proyecto que lleva por título "El desorden establecido". Ángel Marcos dice de sí mismo que no es un reportero, que no hace fotografía documental, antes su intención consiste en ofrecer conceptos y pensamientos a través de las imágenes. El suyo sería un arte conceptual, que insinúa y contiene ciertas tesis o mensajes en sus proyectos.

El proyecto más ambicioso de Ángel Marcos, el que le ha llevado más años de trabajo y viajes, mayor número de entrevistas con intelectuales, artistas y políticos de todo tipo, se titula "Alrededor del sueño", iniciado en Nueva York, año 2001, y trata de analizar cómo la globalización transforma las ciudades y cómo estas transformaciones afectan a las personas que las habitan. Según su manera de ver, la globalización uniformiza las ciudades, en particular en lo relativo a los comercios y tiendas de la moda. Hay en todas las grandes ciudades del mundo calles comerciales pobladas de marcas que ofrecen los mismos artículos, idénticas campañas, los mismos decorados, imponiendo una tiranía de lo útil y lo rentable sobre lo genuino y lo propio. Si le preguntas por estas ciudades del sueño que ha visitado, dice que Nueva York (2001) es multicultural y cambiante, Shanghai (2007) está dominada por un neo capitalismo salvaje, La Habana (2012) vive de los recuerdos, Madrid (2014) muestra gran vitalidad y Barcelona (2015), ciudad amable por su clima y arquitectura, presenta graves exclusiones y desigualdades bajo el punto de vista social.

El proyecto del Museo Barjola, "El desorden establecido", tiene connotaciones semejantes al que presentó en la 55ª Bienal de Venecia, año 2013, en la Scuola di San Pasquale, bajo el título de "La subversión íntima."Ambas ofrecen territorios del pensamiento afectivo, lugares familiares e íntimos, de donde ha de surgir una apuesta por la vida y la dignidad de las personas, una revolución silenciosa ante la dominante sociedad de consumo.

Las fotografías de la Capilla de la Trinidad han sido tomadas por Ángel Marcos en dos barrios humildes de Medina del Campo, su villa natal, Las Tudas, junto a la plaza de toros, y La Mota, en la parte baja del famoso castillo de los Reyes Católicos, donde estuvo prisionero y se fugó en1506 César Borgia. Tienen estos barrios casas en su mayoría de una sola planta, estando obligadas las de La Mota a ofrecer fachadas en ladrillo visto para no desentonar con el castillo. Las Tudas se ha beneficiado hace pocos años de un PERI (plan especial de reforma integral) que ha supuesto ampliación de viario, instalación de acometidas eléctricas, red de alcantarillado, bocas de riego, plantación de árboles, etc.

Vemos aquí calendarios de María Auxiliadora, que hoy difunden los Salesianos desde Arévalo, pero en los años 60 del pasado siglo instalaron a seis km. de Medina, en el ahora recuperado Balneario de las Salinas, un seminario para estudiantes de filosofía. Vemos también muñecos y peluches sobre las camas, habitaciones familiares, jarrones de flores, aparadores de mármol con espejo ovalado, carteles de toros de Nava del Rey, mesillas con brasero para el invierno, librerías, butacas, botelleros y así sucesivamente. Alguien que ha viajado por España se ha traído de recuerdo un Niño Jesús, la Santina de Covadonga y una maqueta del acueducto de Segovia. Sorprende el paraguas colgado de una ventana, al lado de una pared con jaulas, paraguas de invierno al que acompaña un rollo de papel anti moscas suspendido del techo, cosa propia del verano. Hay también algunas fotos de patios anexos a la vivienda, como la que visualiza un corral de gallinas y una motocicleta que duerme adosada a la pared de ladrillo.

Ni en éste ni en los proyectos sobre ciudades de Ángel Marcos aparecen personas, pues no quiere el autor que la presencia de figuras humanas perturbe la obra como unidad. Defiende propuestas contundentes, de modo que las personas en estos trabajos sean una parte más en el cuadro.

En resumen: es la gente más humilde la que nos hará salir de la crisis de valores en que vivimos los europeos, apostando por la vida y la familia desde territorios afectivos e íntimos, como los que pone de manifiesto Ángel Marcos.

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