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Pablo González

Concejal del PP

Pablo González

Como el agua y el aceite

El empeño de Foro en marcar distancia con el PP es la demostración de que no hay proyecto, sino supervivencia política

Nos decía Fernando Couto en el pasado pleno municipal que "en Gijón, Foro y PP somos como el agua y el aceite". Siguiendo la línea que fija Carmen Moriyón, el vicealcalde marca una vez más distancias con el Partido Popular. Necesitan camuflar cualquier posible coincidencia ideológica o programática entre ambas fuerzas, aunque suponga oponerse a lo que ellos mismos defendían hasta hace bien poco. Temen incomodar a sus socios de Podemos, esos con los que parecen sentirse tan cómodos porque les garantizan el sillón de gobierno.

Lo cierto es que cada día vemos que la única política de Foro se resume en una sola idea: satisfacer todas las demandas de la formación morada para así evitar una hipotética moción de censura que les sitúe en la oposición. Reconozco que para una persona como Carmen Moriyón, que siempre ha tenido a gala esquivar las convicciones ideológicas de su electorado, es una situación muy sencilla que no le supone ningún conflicto, ni cuando Podemos exige una Renta Social Municipal, ni cuando exige cambiar el nombre de la gijonesa calle de la Merced, ni cuando exige circular a 20 km/h, ni cuando exige recibir primero a los okupas de El Carmen que a los vecinos de toda la vida, ni cuando exige saltar los techos de deuda y de gasto. En todos los casos vemos como se abraza a la idea que dicta la izquierda populista y por muy descabellada que sea, la hace suya comprometiendo los recursos públicos que hagan falta para llevarla a cabo. Un gobierno local carente de liderazgo, que vive instalado en la improvisación permanente. Un desastre sin paliativos que acabarán pagando todos los gijoneses.

Lo cierto también, es que ahora ya sabemos porqué no quiso Carmen Moriyón compartir campaña electoral con el Partido Popular, les venía bien la coalición, sí, pero les venía mal hacer campaña con nosotros para no agraviar a Podemos, los que serían sus socios de gobierno y con los que mantenían una larvada confluencia. De hecho, los frutos de la coalición han sido muchos y muy beneficiosos, sobre todo para Gijón, sin embargo aunque el Partido Popular apoye y facilite los Presupuestos Municipales o el Plan General de Ordenación, Carmen Moriyón se empeña permanentemente en marcar distancia con nosotros y el electorado de centro-derecha.

Por todo esto, los juegos de Carmen Moriyón con el populismo radical ya no engañan a nadie. Su proyecto (¿lo hubo?) está agotado y no va más allá de su propia supervivencia en política, aunque sea a costa de traicionar al electorado que les ha votado. No esperamos ya ninguna rectificación por su parte, pero si confiamos en que el tiempo, y sobre todo los gijoneses, pongan a cada cual en su lugar.

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