La playa del Arbeyal estuvo durante años en desuso, en mal estado de conservación y relegada a un segundo plano por la actividad industrial de la zona. En 1995 se volvió a habilitar tras un exitoso proceso de regeneración impulsado desde el Ayuntamiento. Con casi 400 metros, tiene todos los servicios de un arenal urbano, garantiza la afluencia de turistas y es la playa de referencia de los gijoneses que viven en la zona Oeste, los mismos que la consideran como "su playa".

En todas la ciudades turísticas similares a la nuestra, uno de los problemas habituales es la limpieza de las algas, no por ser elementos ajenos al proceso natural de la costa, sino por ser desagradables y molestas para los bañistas, por ser una potencial fuente de infecciones -al pudrirse con el sol-, por el riesgo de ocultar piedras debajo de las mismas o por su propia naturaleza resbaladiza. Por muy naturales que sean, las algas no gustan y hay que limpiarlas.

Lo cierto es que desde hace semanas, y casi diariamente, la gijonesa playa del Arbeyal presenta su zona intermareal (toda la zona del arenal comprendida entre la marea alta y la marea baja), cubierta de algas verdes, de la especia llamada comúnmente "lechuga de mar", desagradando a los usuarios, que preferirían pegarse un chapuzón sin tener que pegar infinidad de saltos para evitarlas.

Lo cierto también, es que tras sucesivas peticiones, reclamaciones y puestas de manifiesto de esta situación, el concejal presidente de Emulsa responde haciendo oídos sordos al mismo, repitiendo aquella consigna "goebbeliana" de pretender repetir una mentira hasta que se convierta en realidad (algo a lo que nos tiene acostumbrados, no se vayan a creer), y restando toda importancia a la situación. Es más, jactándose de la actividad frenética de los dispositivos municipales, como si el mero hecho de dedicarle horas solucionase la situación. Quizás en los "papeles" lo consiga, pero los usuarios de la playa del Arbeyal cada vez se indignan más con la ausencia de soluciones reales por parte del Ayuntamiento.

Independientemente de la deplorable actitud del concejal, lo cierto es que este año el equipo de gobierno ha decidido "recortar" a la mitad (de casi un centenar a tan sólo 53) el número de operarios de limpieza de playas en la época turística, además, y no sabemos si por esta razón o por mera desidia, la limpieza en la playa se hace sin tener en cuenta las mareas, con lo que al menos, la mitad del mes, en vez de playa tenemos huertos urbanos repletos de lechugas (de mar en este caso).

Por esta razón, dada la inutilidad de apelar al concejal, apelamos a la alcaldesa, tan amiga ella de desmentir y enviar al ostracismo a sus propios concejales. Señora alcaldesa, sabemos que no tiene un proyecto de futuro para Gijón, pero al menos, tenga proyecto para algo tan sencillo como limpiar la playa del Arbeyal.