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Crítica / Música

Coti: la vida contada en canciones

Todos hemos oído la música de Coti, incluso muchas veces sin ser conscientes. Cuando su nombre empezó a sonar en boca de todos hace más de una década, muchos pensamos que estábamos ante un elemento más de la radiofórmula, ante una apuesta por encontrar el artista argentino del nuevo siglo. En las últimas décadas España siempre había tenido un argentino con éxito en las ondas: "Tequila", "Los Rodríguez"? Lo de Coti con su "Antes que ver el sol" fue un "vini, vidi, vinci", ycon la fiebre del boom latino en lo más alto, el resultado parecía lógico y razonable. Tras varios éxitos encadenados, dejó de estar en el candelero y de sacar discos con temas nuevos de forma regular, pero sorprende ver la cantidad de canciones suyas que han sido popularizadas en boca de figuras como Paulina Rubio, Enrique Iglesias, Diego Torres o Julieta Venegas.

El miércoles llegó al botánico en solitario para dar vida a un directo que lleva por título "Cercanías y confidencias", un espectáculo libre de artificios y consagrado a las canciones y a los instrumentos que han marcado su vida. Durante algo más de dos horas Coti hizo un recorrido por su autobiografía a golpe de canciones, unas suyas y otras prestadas, pero todas ensambladas en un relato que el argentino se esmeró en hacer avanzar con cada presentación. La conexión con el público fue completa desde los primeros temas. Empezó al bandoneón, embrujando por los aires de milonga y de tango que respiran "Aquí y ahora", "Te quise tanto" y, por supuesto, "Caminito".

En estos primeros compases quedó claro que la noche estaba muy lejos del Coti de luces y focos, y su talento como músico afloró en la emoción que despertaba cada verso, cada arrebato de bandoneón. La influencia de Dylan afloró en la armónica y el "fingerpicking" a guitarra de "Tu Gloria", mientras quela archiconocida "Andar conmigo", compuesta a medias con Julieta Venegas. empujó el concierto hacia adelante con un público inmerso en su música y en sus historias. Se sentó al piano para entonar "Luz de día", que se apagó con el sonido del diluvio momentáneo que empezó a caer sobre el botánico; era el momento perfecto para rendir homenaje a uno de sus grandes referentes, John Lennon, con "Jealous guy".

La noche transcurría sin prisas, con una audiencia respetuosa e inmersa en unas historias que tuvieron a la música como hilo conductor. Coti es un buen músico, maneja bien los instrumentos con los que trabaja y sabe ensamblar melodías y letras capaces de emocionar utilizando rudimentos de aparente sencillez. Ahí está la grandeza de este argentino, que ha levantado el ánimo a muchos con la famosa "Color esperanza". Sobre el escenario, defiende bien sus canciones, a pesar de que las transiciones vocales al agudo le jugaron alguna que otra mala pasada. El público se rindió a su música y recibió los bises puesto en pie y preparado para una despedida redonda con "Nada fue un error" y "La canción del adiós".

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