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Dos advocaciones, la misma fe

La Virgen de Begoña y la de Contrueces son la misma Señora de la Asunción

Marineros vascos a comienzos del siglo XVIII erigieron en honor de la Virgen de Begoña una capilla, según Julio Somoza cuenta en sus deliciosas "Cosiquines de la mio quintana", como agradecimiento por salvarlos de una terrible tempestad. Saqueada durante la invasión napoleónica, sólo se salvó una imagen de Nuestra Señora esculpida por Luis Fernández de la Vega. La última capilla fue construida sobre 1887; fueron los gremios de carpinteros y zapateros los que veneraban a Nuestra Señora de Begoña. Los gijoneses pronto se identificaron con esta devoción mariana. El templo en 1904 pasó a ser regido por las Religiosas de María Reparadora que profundizaron en la devoción a la Eucaristía y a la Asunción de Nuestra Señora, con el título de Begoña. Medidas anticlericales de la II Republica 1931 provocaron que las religiosas expulsadas abandonaran el templo. Un grupo de socios de la Hermandad de Begoña se comprometió a cuidar la capilla y del culto. En 1935 se encomendó el culto y cuidado de la capilla los Padres. Carmelitas Teresianos. Durante la Guerra Civil, el convento y la capilla se transformaron en cuartel de un batallón de milicianos. En 1938 vuelven los Carmelitas, cuya historia está tan unida a Gijón, como lo demuestran los muchos gijoneses y gijoneses que vistan la parroquia del Carmen. Entre estos carmelitas es justo recordar al Padre Dionisio, toda una institución en Gijón, que llegó a ser capellán del Sporting, cuyos colores defendía con pasión y unción. Tuve la dicha de tenerlo como profesor en los estudios humanísticos y filosóficos.

Previa a esta devoción a Nuestra Señora de Begoña, cuya festividad se celebra hoy como la Asunción de María Santísima en cuerpo y alma a los cielos, como definió solemnemente el Papa Pío XII, en el Gijón profundo e histórico, en Contrueces, se ha conservado y venerado con gran devoción otra imagen de Nuestra Señora. La iglesia donde se conserva la imagen, según las crónicas tiene relación con otra que existía en el siglo X. Jovellanos, fiel devoto de Nuestra Señora, acudía a celebrar su fiesta. Según documentos, este santuario de Contrueces fue el único templo que no fue pasado por las llamas durante la contienda civil. La Fiesta de Nuestra Señora de Contrueces se celebra el domingo siguiente al 15 de agosto.

Admitidas y respetadas estas dos advocaciones de Nuestra Señora (Contrueces y Begoña), no tiene sentido provocar polémicas por sus fidelidades, sean unas u otras: la Madre de Dios, a todos los que la invocan con sinceridad y verdad, ayuda y protege. Es la Mujer contemplada en ese libro singular que cierra el Nuevo Testamento, conocido como Apocalipsis, que nada tiene que ver con esa visión del mismo que tanto gusta a Hollywood con films tremendistas, futuristas, bélicos y aniquiladores de la especie humana.

Todo lo contrario, como afirma el Concilio Vaticano II: "La Virgen Inmaculada, preservada inmune de toda mancha de pecado original, terminado el decurso de su vida terrena, fue asunta en cuerpo y alma a la gloria celestial (Asunción) y ensalzada por el Señor como Reina Universal con el fin de que se asemeje a su Hijo, Señor de señores y vencedor del pecado y de la muerte".

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