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Historiador

Nuestro 11-S

En memoria de quienes cayeron en nuestra ciudad

En cuanto leemos u oímos la fecha 11 de septiembre se nos viene de inmediato a la mente el ataque terrorista que hizo desaparecer las torres del World Trade Center de Nueva York en 2001. La sigla 11-S sigue evocando nítidamente una atrocidad cuyo objetivo esencial fue aterrorizar a la humanidad mediante la muerte y la devastación y la casualidad hizo que esa misma fecha, el 11 de septiembre, sea también en Gijón sinónimo de desolación.

En 1937 ese día comenzó con el toque de las alarmas antiaéreas alertando de un ataque de la Legión Cóndor, lo que hacía varias semanas ya era habitual, pero el bombardeo de aquel 11-S dejó una huella impactante: el palacio de Revillagigedo fue alcanzado de lleno y su torre occidental se vino abajo. A veces la casualidad quiere que acontecimientos distanciados en el tiempo tengan cierta similitud, que en dos 11 de septiembre separados por 64 años aviones, destrucción y muerte fuesen los protagonistas de una mañana de verano.

Gracias al fotógrafo Constantino Suárez podemos ver una docena de imágenes tomadas aquel mismo día y gracias a sus metódicas anotaciones saber que esa fue la fecha en la que fueron realizadas. Suárez se convirtió conscientemente en el notario gráfico del sufrimiento de una población civil indefensa que se había convertido en objetivo del terror buscando doblegar su voluntad y su sumisión al totalitarismo. Paralelismos que conectan aquel pasado con nuestro presente más inmediato, cuando apenas hace unas semanas fue el turno de Las Ramblas.

La diferencia en estos acontecimientos va a radicar en el tratamiento que recibieron las víctimas. Tras la guerra civil española la matanza de civiles causada por los bombardeos de la aviación franquista, nazi e italiana fue negada, tergiversada y ocultada. Pasaron décadas, lamentablemente muchas más de las que duró la propia dictadura, hasta que paulatinamente se ha ido desvelando aquella terrible realidad y se ha conseguido dar un mínimo reconocimiento a aquellos hombres, mujeres, niños y ancianos que padecieron un sufrimiento injustificable.

En el caso de Asturias aún queda mucho por investigar para llegar a desbaratar la negación y el olvido de tantos años pero, gracias a la Federación Asturiana Memoria y República (FAMYR), al menos ya resulta relevante que la embajada de Alemania en España manifestase en 2016 su pesar por el sufrimiento causado a la población civil asturiana por los ataques de la Legión Cóndor nazi.

En el caso de Gijón, el respaldo que Jesús Montes Estrada "Churruca" como concejal de IU dio a comienzos de esta década a la investigación histórica en esta materia permitió desvelar lo realmente acaecido en nuestra ciudad durante aquellos meses. Su última consecuencia fue la colocación de una placa en recuerdo de las víctimas de los bombardeos, como el de aquel 11-S de 1937, a instancia del Ateneo Obrero, gracias al respaldo nuevamente de IU y con el acuerdo unánime de toda la Corporación Municipal.

Posiblemente con estos pasos se haya puesto definitivamente fin a uno de los periodos más terribles de nuestra historia local.

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